Vicerrector académico: "El gran desafío es ajustarnos a las necesidades actuales de la población"

Alberto de Castro, psicólogo egresado en 1997, asume desde hoy la Vicerrectoría Académica. Tendrá la responsabilidad de liderar una de las áreas vitales para mantener la calidad y la excelencia de los programas de la universidad.

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Alberto de Castro, nuevo vicerrector académico.

Por: Jesús Anturi

04 jul 2023

A partir de hoy, el psicólogo Alberto de Castro asume como vicerrector académico de la Universidad del Norte. Nombramiento que recibe con gran orgullo, como egresado de pregrado en 1997. "Significa bastante para mí. Cuando empecé a trabajar en esta universidad, hace 23 años, aproximadamente, nunca me imaginé aspirar o llegar a este cargo", señala de Castro, hasta la semana pasada decano de la División de Humanidades y Ciencias Sociales. El psicólogo reemplaza a Joachim Hahn, quien seguirá al frente del plan de reflexión curricular que adelanta la universidad como un objetivo estratégico del Plan de Desarrollo vigente.

Conversamos con el actual vicerrector académico para conocer su visión del cargo, los desafíos que asumirá, las metas trazadas en el corto, mediano y largo plazo, y de cómo será su relación con profesores y estudiantes. Además, nos cuenta sobre el tipo de liderazgo que espera implementar para que la universidad cumpla con los objetivos propuestos. 

¿Cuáles son sus expectativas al asumir como vicerrector académico de Uninorte?

Es una responsabilidad muy grande, pero bastante interesante, porque implica un impacto bastante alto sobre la vida académica y, probablemente, sobre la región. Es un cargo, a mi juicio, de servicio, direccionado a que se puedan crear las condiciones idóneas para mantener la coherencia y la calidad, que los profesores puedan hacer su trabajo de la mejor manera posible.

¿Cómo espera consolidar la dinámica de trabajo como líder de una de las áreas más importantes de la universidad?

Mi intención es generar una visión institucional al interior de las distintas dependencias de la universidad, no solo de la vicerrectoría, para ser honesto. Me interesa empezar a trabajar muy en relación con todas las dependencias, con una mirada institucional. Es necesario que los funcionarios y profesores aprendamos a hacer análisis y a tomar decisiones con una mirada institucional, no solamente por el área en la que yo estoy trabajando. Esto importantísimo para poder establecer metas estratégicas de impacto a largo plazo.

¿Cuáles cree que son los principales desafíos que la universidad enfrenta desde el punto de vista académico de cara al futuro y a la competencia en la ciudad?

En este momento no hay solamente competencia académica. Estamos en una situación complicada para las universidades privadas, porque hay muchas condiciones que han venido cambiando, socialmente, económicamente, demográficamente, etcétera. El gran desafío es ajustar la academia a las necesidades actuales de la población, manteniendo programas actualizados y de impacto, sin perder rigurosidad y coherencia; mantenerlo coherente conceptualmente, al tiempo que podemos responder de una manera más actualizada a las necesidades del mundo de hoy.

¿Tres metas puntuales que espera cumplir como vicerrector académico?

Me interesa que la universidad institucionalice una ruta muy clara de cómo hacer transferencia del conocimiento, tanto a nivel científico, que ya lo hace, como en el impacto social, y, ¿por qué no?, en política pública. Esa es una meta muy ambiciosa, no es a corto plazo. En algún grado se hace, pero quiero que esté más formalizado e institucionalizado, una forma más sistematizada. En posgrados quiero que la universidad se actualice muchísimo, tanto en contenidos como en modalidad; tenemos que ir a tono con las exigencias del mundo, pero sin perder la coherencia académica que nos distingue. El reto es mantener esa coherencia para poder responder a nivel de pregrado y posgrado a las demandas del mundo de hoy. Generar análisis administrativos, académicos y financieros conjuntos, es decir, para mí es prioritario que la Vicerrectoría Académica se integre de la mejor manera posible con las otras áreas y aprender a compartir compromisos y metas que son de todas las vicerrectorías y no de una puntual. El mundo de hoy nos ha enseñado que las fronteras del conocimiento o las fronteras laborales se han difuminado un poco y las limitantes y divisiones administrativas y académicas se han integrado; ya no existen de una forma tan distante ni tan clara.

¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los profesores y estudiantes?

Preferiría denomirarme como una persona que trabaja como vicerrector, que si bien es un cargo de liderazgo o de orientación, al mismo tiempo es de servicio. Van a encontrar a una personas que, dentro de la formalidad que exige el cargo, mantiene relaciones cordiales, pero que será muy exigente; muy exigente y muy transparente en términos de un ambiente sano, que es importante para el desempeño, la productividad, la motivación. El reto aquí es mantener altos niveles de exigencia siendo sanos, y eso se empieza a transmitir en las relaciones. A mi juicio, la Vicerrectoría Académica debe ser una oficina abierta para escuchar, para poder tomar decisiones. Yo necesito contexto y el contexto no lo doy yo solo por percepción individual, sino escuchando y trabajando colaborativamente para poder dar dirección, para poder orientarme y al mismo tiempo dar un mejor contexto al profesor. ¿Qué pueden esperar de mí el estudiante y el profesor? Un trabajo muy exigente, en un ambiente explícito, transparente y sano.

¿Como vicerrector, seguirá vinculado a la academia, dictando clases o investigando?

Es difícil, porque es un cargo muy administrativo en una institución muy grande, que requiere mucho tiempo y asumir varios frentes simultáneamente. Sin embargo, con autorización del rector, he pedido mantener una clase de una hora a la semana en pregrado y voy a dar clase de posgrado los sábados en la mañana. ¿Por qué lo hago? Porque me sirve para no descontextualizarme de la vida del docente, para no olvidarme de las necesidades de un profesor, para no olvidarme de las necesidades de un estudiante y poder estar en contacto semana a semana con ellos. Me sirve para entender el cargo de mejor manera. En investigación va a ser más difícil, voy a poder hacer algo, pero en un porcentaje muy pequeño, porque no voy a tener el suficiente tiempo. No quiero dejar de hacerlo, porque al igual que decía con la academia, me sirve para tener contexto y claridad de lo que el funcionario, el docente y el estudiante de la universidad están haciendo.

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