Un simposio que transita por múltiples miradas que definen al río Magdalena

Del 21 al 24 de junio, y cerrando con una jornada artística el 8 de julio, se celebra en Uninorte el Simposio Internacional Río Magdalena – Ribera en Tránsito, organizado por la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, y la Dirección de Arte y Cultura Cayena.  El evento busca generar diálogo frente a la historia, los retos y la visión en torno al afluente. 

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Carlos Betancur durante su intervención.

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22 jun 2022

Con el propósito de generar un diálogo en torno a la historia, los retos y lo que se visiona para el río Magdalena, siendo este uno de los cuerpos de agua más importantes del país, la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad del Norte y la Dirección de Arte y Cultura Cayena organizaron el ‘Simposio Internacional Río Magdalena – Ribera en Tránsito, 'que se lleva a cabo del 21 al 24 de junio en Uninorte, y cierra el 8 de julio con una jornada artística.

El evento académico busca englobar diferentes miradas en torno a lo que significa el río Magdalena, mediante un enfoque interdisciplinar desde el arte, la historia, la cultura, los datos, la biodiversidad, la antropología, la oceanografía y visiones futuras del mismo. 

21 de junio: Crítica y Proyecto 

Durante la primera jornada los asistentes disfrutaron de 3 ponencias enmarcadas en historia, cultura, paisaje, arte y ciudad. La primera charla, “Mompox Patrimonio Vivo // Miradas al mar interior”, fue presentada por Carlos Betancur, arquitecto y director de la Línea de Proyecto de Paisaje en Opus.  

El conferencista expuso el caso del municipio de Mompox para explicar cómo el ser humano, a través de la historia y la cultura, se ha venido relacionando con los sistemas de agua naturales. “Lo que mostré hoy es una revisión de cómo a lo largo de la historia diferentes contextos culturales han entendido de manera distinta el contexto natural y paisajística de la depresión momposina”, explicó.  

Carlos empezó el recorrido histórico hablando sobre los indígenas Zenú, quienes habitaron el territorio de Mompox cerca del año 1200 d. de C., y explicó que esta cultura tenía la intención de mantener un equilibrio dinámico con el agua. “Esta cultura era anfibia, es decir, ellos no tenían la intención de detener el curso natural del agua, sino aprovecharlo para su beneficio, cultivando y sembrando alrededor de los cauces naturales del río”.  

Posterior a la desaparición de los Zenú y ya para el año 1534, se dio lo que Betancur denomina el "Paisaje del Cubrimiento". Para este año, los primeros españoles llegan a la zona y fundan el municipio que hoy conocemos como Santa Cruz de Mompox, marcando entonces la tendencia paisajística de tratar de detener el cauce del agua mediante la construcción de un muro, que sigue en pie, alrededor del casco urbano del municipio. “Mientras que la sociedad Zenú quería mantener una relación anfibia y natural con el agua, los españoles trataron de frenar el curso natural de esta, marcando una tendencia a diferenciar entre lo salvaje y lo urbano”.  

Los siguientes hitos importantes para la historia del municipio fueron la conformación de una sociedad mestiza a mediados del siglo XVII, en la que se da una combinación entre las culturas europeas, indígenas y africanas, generando el folclor de gran parte de la región; en 1801 los viajes de José Celestino Mutis y el alemán Alexander Von Humboldt alrededor de la cuenca del Magdalena, y quienes fueron los descubridores de gran parte de la basta y rica biodiversidad de la zona; La independencia y la conformación de la República de Colombia en 1810, en donde “se dan las utopías de progreso y transformación del territorio”; la sequía del brazo de Mompox, que ayudó en cierta medida a la conservación del casco histórico de la ciudad, ya que el comercio y el contrabando que predominaba empezó a caer en el olvido; la llegada de los hacenderos a finales del siglo XIX y principios del siglo XX que Carlos denomina “el paisaje alambrado”, en el que estos hacenderos cubrieron la ciénaga de cercas y alambrados para entonces dedicarse a la ganadería y el cultivo; y finalmente en 1995, la declaratoria del centro histórico de Mompox como patrimonio cultural de la humanidad por parte de la Unesco.  

Bajo ese contexto cultural, Carlos concluyó presentando el proyecto con el que Opus ganó la licitación para realizar la revitalización de la Albarrada de Mompox, entendiendo que “las dinámicas de la ciudad no se comprenderían sin entender cómo es su entorno natural y cómo son las dinámicas de lo rural y lo urbano, y su pasado histórico y cultural”.  Esa revitalización incluyó, inspirados en la cultura Zenú, espacios anfibios en los que en época de inundación se pueden utilizar de una forma, y en la sequía de otra, siendo funcionales y operacionales en cualquier momento del año.

Relación arroyos-río

La siguiente conferencia fue desarrollada de manera bimodal por la arquitecta colombiana, radicada en los Países Bajos, María Mazzanti. Su ponencia se tituló “Paisajes Fluctuantes // Arroyos, Agua y Magdalena”, en la que analizó la relación entre Barranquilla, los arroyos y el río. “A raíz de un recorrido que hicimos junto a Cayena, el pasado abril en Barranquilla alrededor del arroyo de la paz hice estas reflexiones de lo que significan los arroyos para la ciudad y el río”, explicó.  


La intervención de María Mazzanti. 

El recorrido consistió en recorrer distintos puntos de la ciudad en los que pasa este arroyo como el Parque Bicentenario, el Jardín Botánico y la desembocadura del mismo en el Lago del Cisne. “A partir de allí una de las primeras reflexiones, y que ya se tocaba en la conferencia anterior, es cómo el hombre moderno quiere controlar la naturaleza. Vemos que Barranquilla es un gran parche de concreto, que viene de una arquitectura moderna influenciada por esa idea del sur global. Bajo esta idea se dio que la ciudad es totalmente impermeable, y, por consiguiente, el agua no tiene donde permear y por eso se forman estos arroyos”, explicó.

En ese sentido, Mazzanti explica que la forma en la que la ciudad buscó en su momento tratar de frenar este fenómeno fue con infraestructura, mediante la construcción de las vías canal y de algunas pequeñas canalizaciones que de igual manera no funcionaron adecuadamente. A raíz de esto, lo que propone esta arquitecta para solucionar en parte esta problemática es la creación de cuerpos naturales y permeables, que “permitan que el agua no fluya en esos grandes caudales que son tan peligrosos y aterradores en cierta medida. Hay que entender que no todo se puede solucionar con infraestructura”, puntualizó 

Mazzanti cerró su intervención citando al periodista Alfredo De la Espriella, quien en una de sus columnas entrevistó a un arroyo y esto le contestó: “Nosotros los arroyos somos una tradición para aquí. Y no, no nos puedan sepultar así tan miserablemente en una alcantarilla, como si fuéramos unas ratas. Somos un espectáculo. Le hemos dado fama y prestigio a la ciudad. Tienen que ser consecuentes con nuestra tradición vernácula. Señor periodista, le ruego, por lo que más quiera que sirva la historia nuestra ante las empresas públicas municipales, y dígales a esos buenos señores que se acuerden que ellos son también ñeros como yo y que tenemos derecho a ser parte integral del folclor costeño, como la cumbia y los carnavales”, concluyó.  

En la última charla, que también se desarrolló en formato bimodal dese Bogotá, el artista plástico José Sanín, curador del Salón Nacional de Artistas del Ministerio de Cultura, presentó la edición número 46 del Salón titulada “Inaudito Magdalena”. Este artista explicó que el Salón Nacional de Artistas es uno de los eventos culturales más antiguos del país, ya que fue creado en 1940 como un espacio de encuentro entre los artistas y los públicos. Durante sus primeras 30 ediciones su sede fue Bogotá, pero en 1987 se realizó en Medellín, y la siguiente versión en Cartagena. Se trataba de una exposición de gran formato acompañada de un catálogo, algunas conferencias y visitas comentadas. 


José Sanín presentando el 46 Salón Nacional de Artistas. 

Manifestó que a partir de la edición número 40, se cambió el formato gracias a un proceso curatorial y ahora este se realiza en diversas ciudades del país cada 3 años. "Para esta versión número 46 del Salón Nacional el lugar será la cuenca del río Magdalena, que se despliega por gran parte del territorio colombiano. El Salón incluirá laboratorios, residencias y exposiciones en 23 sedes: Laguna de la Magdalena, San Agustín, Garzón–La Jagua, Neiva (Huila). El Espinal, Ibagué, Mariquita, Honda, La Dorada, Girardot, Bogotá, Puerto Triunfo, Puerto Berrío, Puerto Boyacá, Barrancabermeja, Puerto Wilches, Gamarra, El Banco, Mompox, Barranquilla–Bocas de Ceniza, Suan, Santa Lucía y terminará en Campo de la Cruz al norte”.  

Posteriormente, Sanín cerro su intervención explicando a detalle la programación del festival. Si desea consultarla de manera completa, puede hacerlo haciendo clic aquí.  

Prográmate con el Simposio 

La programación continuará hasta el 24 de junio, de manera presencial, en el salón 21K de Uninorte, en el horario de 9 a.m. a 12 p.m. Para el segundo día, la jornada tendrá como tema principal “datos y agua”. En ella estarán acompañando a los ingenieros Humberto Ávila, quién hablará sobre el Observatorio del Río Magdalena de la Universidad de Norte; y Juan Camilo Restrepo, que se encargará de charlar con los asistentes sobre oceanografía y la situación de Bocas de Ceniza.  

El tercer día del simposio tendrá como temática la “biodiversidad y paisajes”. Los invitados serán el arquitecto y urbanista italiano Mario Tancredi, quien hablará sobre perspectivas y miradas de investigación sobre la cuenca media del río y Mompox, y la simbiosis entre lo urbano y lo natural; y el biólogo colombiano Juan Pablo Gómez, que se encargará de hablar con los asistentes sobre "la biodiversidad de las zonas alta y media del valle del Magdalena: implicaciones de la variabilidad en la precipitación anual”.  

El cuarto día de la programación tratará sobre “historia y visiones”. En esta jornada, el historiador chileno Jorge Villalón narrará, desde su perspectiva, la historia de la ciudad y la relación que ha venido construyendo alrededor de la figura del río Magdalena. La jornada cierra con la charla “Malecón de Barranquilla: Estrategias Urbanas re-imaginadas, experiencias pedagógicas Uninorte”, dictada por el arquitecto barranquillero Rodrigo Chaín.  

El simposio cerrará con una jornada artística programada para el 8 de julio. Si desea acceder a los detalles del simposio y su programación actualizada, puede acceder haciendo clic aquí.  

Por: Saúl Granados Ruiz. 

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