Un proyecto de educación para la paz en las comunidades vulnerables de la región Caribe

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Francisco Jiménez Bautista, profesor de la Universidad de Granada, y Francisco Del Pozo Serrano, profesor del IESE de Uninorte.

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16 jun 2017

Desde la firma del Acuerdo de Paz entre el gobierno de Colombia y las Farc, poca investigación se ha hecho alrededor de las principales problemáticas sociales del Caribe colombiano y la incidencia de estas en los actuales procesos de construcción de paz.

Por este motivo surge desde el Instituto de Estudios en Educación (IESE) de la Universidad del Norte el proyecto Educación para la paz en las instituciones educativas y comunidades vulnerables de la región Caribe, el cual busca hacer un diagnóstico de la realidad de la conflictividad al interior de esta zona del país y a partir de ello iniciar un proceso de formación a través de diplomados, que abarcaran tópicos como pedagogía social, educación para la paz y resolución pacífica de conflictos.

Francisco Del Pozo, profesor e investigador del IESE, liderará el proyecto en el que se trabajará con un total de 15 instituciones educativas de distintos municipios vulnerables ubicados en los departamentos del Caribe (excepto San Andrés y Providencia), así como con las comunidades de estas poblaciones. Del Pozo estará acompañado por otros seis investigadores del IESE, y por profesores de la Universidad Castilla La Mancha y la Universidad de Granada (España), y la Universidad Libre de Pereira.

Entre los primeros resultados que arrojó el diagnóstico, realizado por Del Pozo y su equipo, es que las problemáticas principales a nivel general tienen que ver con temas sociales como el desempleo y no tanto con la violencia sociopolítica, la cual solo se observa en algunos territorios específicos.

Otro de los problemas fundamentales de conflictividad es el manoteo escolar, especialmente a mujeres y a la comunidad LGBTI. De igual forma, Del Pozo también destaca un grado palpable de tensión en territorios fronterizos como Maicao, gracias a la inmigración acelerada de ciudadanos venezolanos.

“Lo que estamos determinando con ese diagnóstico es qué debemos hacer para intervenir de una forma pertinente a las comunidades en la mejora de una construcción de ciudadanía, de paz, de nueva cultura a partir de la educación. No solamente desde la educación de lo formal, sino desde la educación comunitaria, porque eso es fundamental para las transformaciones sociales”, expresó el profesor Del Pozo.

Una vez realizado este diagnóstico tendrán inicio los diplomados, los cuales ofrecerá la Universidad del Norte con la financiación de Colciencias. Con estos se buscará brindar formación a docentes y otros miembros de las comunidades en pedagogía social, cultura de paz, acuerdos nacionales e internacionales de paz, resolución de conflictos, riqueza cultural y natural de la nación. “Cuando los docentes y las comunidades tengan esa formación, vamos a acompañarlos para valorar el proceso de capacidad instalada”, añadió Del Pozo.

Entre la cooperación internacional del proyecto se encuentra del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada, de la que hace parte el profesor Francisco Jiménez Bautista. Según Jiménez, su trabajo será brindar asesoría para que los estudiantes del diplomado tengan las herramientas teóricas para ponerlas en práctica en los contextos de conflictividad en el Caribe colombiano.

“Aunque todo el mundo en Colombia habla de la paz, hemos detectado que la gente no tiene los conocimientos, las definiciones, el bagaje y las herramientas para poder trabajar para alcanzarla”, indica Jiménez, quien hizo parte del II Simposio Iberoamericano de Pedagogía Social en Colombia, llevado a cabo los días 12 y 13 de junio en Uninorte.

Cómo se puede convertir la paz en una herramienta para eliminar las formas de violencia, cómo se pueden detectar los conflictos y cómo se puede trabajar en la gestión y resolución de los mismos, son varios de los objetivos en los que busca apoyar la Universidad de Granada. “Hay que meterle en cierta medida un rigor y una seriedad científica, y que desde el exterior se pueda aportar otros saberes a estas realidades que estamos trabajando en Colombia.

Para Del Pozo, la importancia que tiene trabajar en educación para la paz, desde una perspectiva multidisciplinar de cooperación nacional e internacional, pero con fuerte carácter territorial y contextual, es que se está “haciendo historia en un proceso de cambio social, educativo, cultural en la región y en el país”.  

Por lo tanto, añade el docente, “tenemos una gran responsabilidad social como institución y como academia para no hacer investigaciones que sean únicamente de reflejo de datos, sino que transformen realidades y cambien las situaciones de las comunidades, los grupos y las personas para construir una cultura de paz en el Caribe y Colombia”.

Por Andrés Martínez Zalamea

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