Juan Calao: la música como motivación para ser mejor profesional

El estudiante de la Especialización en Derecho Comercial y futuro egresado del pregrado de Derecho, ha utilizado su talento como percusionista para disfrutar su paso por la universidad.

El estudiante Juan Sebastián Calao practicando en la batería.

Por: Isabela Rodríguez Vásquez

22 abr 2024

Juan Sebastián Calao Pérez, estudiante de la Especialización en Derecho Comercial y futuro egresado del programa de Derecho, es un joven galapero que desde muy joven ha combinado sus quehaceres académicos con su pasión por la percusión. Su gran talento, disciplina y constancia han sido factores clave para que todavía hoy mantenga la música como una actividad fundamental en su crecimiento personal.

Como percusionista ingresó al grupo Vallenato Timba de la universidad desde hace dos años, pero su recorrido como percusionista inició cuando tenía ocho años, en Galapa, municipio al que llegó a los tres años. Juan Sebastián solía ver e imitar al baterista de su iglesia, hasta que conoció a la que sería su primera maestra Yolima Pérez, quien lo introdujo al mundo de la percusión. Él y sus tres hermanos se iniciaron en la aventura de labrarse un camino en la música.

Al ingresar a Uninorte para estudiar el pregrado, se inscribió en el curso de percusión de Bienestar Universitario. Allí conoció a Rubén de la Hoz, quien se convirtió en su maestro y quien nunca desaprovechaba la oportunidad de animarlo para participar en el grupo artístico. Solo hasta octavo semestre de su carrera Juan accedió a asistir a uno de los ensayos y desde ahí se vinculó como percusionista.

Durante los dos años que ha hecho parte de la agrupación, al estudiante de 22 años ha tenido experiencias que veía lejanas. Participó en diversos eventos musicales, como el Río Grande Fest, espacio que le permitió tocar junto a Carlos Vives y aprender de su trayectoria musical; se presentó en el lanzamiento del libro Santa Bárbara de Las Cabezas. La gran hacienda del caribe colombiano 1742-1942, del rector Adolfo Meisel. En noviembre de 2023 participó en un Festival de ASCUN, que se realizó en la Universidad Autónoma del Caribe, y ha hecho parte de las presentaciones en el marco de “Vallenatos y un café”, iniciativa propuesta por el mismo grupo estudiantil.

“Tenía años sintiéndome estancado con el instrumento (…) Entro al grupo y me doy cuenta de todas las falencias que acumulé durante años, pero era el escenario perfecto para volver a enamorarme de mi instrumento, del estudio, volver a enamorarme de experimentar y profundizar. Quise aprovecharla y así fue”, evoca Calao.

Su inicio en el grupo significó un desafío, pues no tenía la misma experiencia que sus compañeros, ni la misma cercanía con el vallenato. No obstante, el percusionista afrontó el reto y se propuso a ensayar más horas, a practicar en su casa, a estudiar los repertorios y adentrarse en el ritmo.

“Al principio estaba indeciso, porque podían notar mis errores. Después fue empezar a agarrar confianza, incluso en equivocarme. Es decir, si me equivoco, pa’ adelante y al menos me equivoqué con seguridad”, puntualiza.

El grupo Vallenato Timba no solo influyó en su crecimiento personal, sino también en su ámbito académico. Su maestro Tomás Therán le explicó que el practicar un instrumento iba a potencializar sus capacidades y así fue. En su carrera de Derecho notó que comprendía conceptos con mayor rapidez, aquellos trabajos que le tomaban tres horas se redujeron a hora y media, y la motivación por venir a la universidad incrementó, pues se reencontró una pasión personal.

“La universidad deja de ser simplemente el lugar donde aprendiste a cómo trabajar y producir dinero, sino que empieza a ser algo con lo que te vinculas emocionalmente y decir yo quiero ser parte de esto. Me hace sentir que amo la universidad y que amo lo que hago”, expresa el estudiante.

Próximo a recibir su título de abogado, el percusionista uninorteño tiene la convicción de que su vida es la música y espera un día poderla fusionar con su carrera de Derecho.