Intervención de Uninorte y OPS refuerza la vacunación contra el VPH en Arauca

Investigación piloto liderada por la universidad, en articulación con la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) Colombia, logró resultados altamente positivos en el municipio.

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Por: Grupo Prensa

12 dic 2025

La aceptación de la vacuna contra el VPH entre estudiantes pasó del 30,7 % al 47,2 %, y el conocimiento sobre su relación con distintos tipos de cáncer prácticamente se duplicó tras la intervención. Estos avances provienen de un estudio de enfoque mixto —que combinó análisis pre y post, investigación-acción participativa y metodologías de comunicación para el cambio social— desarrollado para comprender y transformar las percepciones sobre la vacunación. La iniciativa no solo fortaleció la confianza en la vacuna, sino que también amplió el acceso a información confiable y dinamizó la participación comunitaria en torno a la prevención del VPH en el territorio.

La intervención respondió a un desafío nacional asociado al Virus del Papiloma Humano (VPH), la infección de transmisión sexual (ITS) más común, que puede generar cáncer de cuello uterino, de pene, anal y orofaríngeo si no se previene adecuadamente. Aunque la vacuna contra el VPH es altamente efectiva y segura, su aceptación sigue siendo limitada debido a barreras persistentes: confusión entre el VPH y otras infecciones de transmisión sexual, temores infundados sobre efectos secundarios graves, baja percepción de riesgo, desinformación en redes sociales y la creencia errónea de que la vacuna incentiva el inicio de la vida sexual. 

Frente a este panorama, la OPS/OMS solicitó a la Universidad del Norte diseñar e implementar una estrategia capaz de transformar narrativas, promover el diálogo informado y fortalecer las capacidades comunitarias e institucionales para mejorar la confianza en la vacunación.

El proceso se desarrolló en cinco instituciones educativas del municipio de Arauca —dos rurales y tres urbanas— mediante articulación entre salud y educación. Participaron estudiantes de sexto a once, docentes, orientadores escolares, familias, equipos del PAI y organizaciones comunitarias.
En la fase inicial, los grupos focales y las mediciones de línea de base evidenciaron que la desinformación era percibida como la amenaza más fuerte. Según Johan Quezada, asistente territorial, “el proyecto fue una apuesta bien interesante al empezar a usar la comunicación participativa para enviar mensajes importantes entre los jóvenes, quienes son los primeros interesados en aplicarse la vacuna contra el VPH”.

Esto llevó a la creación de cinco grupos motores escolares que cocrearon la estrategia “La Liga contra el VPH: Inmunes a la Desinformación”, basada en Investigación Acción Participativa (IAP), Comunicación para el Cambio Social, PRIME y Most Significant Change. 


 

Para la investigadora María Camila Pinzón, “la producción de conocimiento no es un proceso neutro, y por eso buscamos tensionarla desde las propias comunidades, desde el lugar situado donde se producen esos saberes”.

La campaña, diseñada con una narrativa inspirada en los cómics, posicionó a estudiantes como agentes de cambio. Brenda Santí, de la I.E. Agropecuario Municipal, señaló: “Me emociona mucho porque con toda la información y los videos tan chéveres muchas personas van a poder saber qué es el VPH y que es una vacuna segura”.

Además, el proceso demostró el papel clave de los docentes, quienes actuaron como mediadores de confianza, abrieron espacios de diálogo sobre salud sexual y favorecieron la apropiación comunitaria de los mensajes preventivos.

Durante el lanzamiento oficial, realizado el 4 de noviembre en la Fundación El Libro Total, se presentaron videos, radionovelas, piezas impresas y materiales pedagógicos creados por los grupos motores. La estrategia alcanzó a más de 670 estudiantes presencialmente y a 865 adicionalmente por canales digitales.

Los contenidos cocreados están disponibles aquí.

El análisis pre y post reveló transformaciones significativas en la comunidad educativa: los estudiantes desarrollaron una mayor comprensión del VPH y su vínculo con distintos tipos de cáncer, aumentó la confianza en la vacuna y la disposición a aplicársela, y se fortaleció su capacidad para identificar fuentes de información confiables. Además, se observó una mayor agencia comunicativa y un claro empoderamiento juvenil para contrarrestar la desinformación, lo que también amplió el diálogo en los hogares sobre temas de salud sexual y contribuyó a reconfigurar el valor preventivo de la vacuna dentro de las narrativas familiares y escolares.

Según Jorge Acosta, responsable de los análisis epidemiológicos, “la evidencia generada en este proyecto puede aportar a la mejoría de la cobertura de vacunación en niños y adolescentes de ambos sexos en el territorio donde se implementó la estrategia piloto”.

Gabriela Monsalvo, profesional territorial, destacó que “en el proceso de hacer los productos, los jóvenes interiorizaban los conceptos y entendían por qué es importante la vacunación”.
 


 

Para el profesor Jair Vega Casanova, investigador principal del proyecto en Uninorte, este tipo de procesos ratifican la importancia de procesos de comunicación con enfoques participativos orientados no simplemente a posicionar comportamientos predefinidos, sino, en una perspectiva de derechos, aumentar la capacidad individual y colectiva de tomar decisiones adecuadas en pro del bienestar personal y social.

Esta intervención es replicable, complementaria al PAI, alineada con los lineamientos OPS/OMS (2020) y especialmente pertinente en territorios con desconfianza y fuerte circulación de desinformación. Su enfoque comunitario y su base metodológica la convierten en una estrategia aplicable en otras regiones de Colombia y de las Américas.

El doctor Fernando González, asesor internacional en inmunizaciones (CIM), destacó que este tipo de intervenciones “contribuyen directamente a que niños, niñas y adolescentes de todos los países accedan a mejores niveles de salud, fortaleciendo la confianza en las vacunas y promoviendo decisiones informadas en las comunidades”.

Esta experiencia reafirma el compromiso de la Universidad del Norte con procesos de alto impacto social liderados por profesionales formados en investigación y comunicación participativa. La implementación estuvo a cargo de Yuliana Girón, Yoleidys Moreno, Gabriela Monsalvo y Rafael Galeano, egresados del Programa de Comunicación Social y Periodismo, quienes pusieron en práctica las capacidades desarrolladas en el Colaboratorio Jui Shikazguaxa para aportar rigor, creatividad y pertinencia cultural a esta estrategia que contribuye a mejorar la salud pública regional.

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