El impacto de la inteligencia artificial en el bienestar y la salud mental

Con el propósito de generar un espacio de análisis crítico acerca de los beneficios y amenazas de los avances de la tecnología, especialmente de la inteligencia artificial, en el comportamiento y relaciones de las personas, el departamento de Psicología y el Observatorio en Salud Mental desde el Bienestar organizaron el miércoles, 23 de agosto, el primer foro sobre tecnología y salud mental en el Auditorio Marvel Moreno.

“La inteligencia artificial hoy son los mismos algoritmos que se conocen hace muchos años, pero debido a que ahora hay más capacidad computacional e información disponible para ser procesada tienen mucho más poder. Creo que ninguno de los que estamos aquí, ni siquiera la gente que está metida en esto, somos capaces de saber exactamente por dónde va esto porque cada día avanza”, puntualizó el profesor Eduardo Zurek, del departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación, doctor y magíster en ingeniería.

¿Cómo los avances en tecnología están impactando en la vida cotidiana?, ¿estamos neurocognitivamente preparados para la avalancha tecnológica de la inteligencia artificial? o ¿cómo distinguir entre decisiones influenciadas por la inteligencia artificial y las decisiones personales? fueron algunos de los planteamientos abordados con los asistentes.

Zurek presentó la inteligencia artificial como una serie de algoritmos y fórmulas, que, gracias a la expansión exponencial de datos y capacidad de procesamiento, están adquiriendo un poder inmenso en nuestro contexto, poniendo como ejemplo la mejora de la fotografía en las cámaras de los celulares y la posibilidad de predecir trastornos de salud mental, gracias a esta tecnología. 

De igual forma, el profesor de Psicología, Anthony Millán, doctor en ciencias sociales y humanidades, destacó cómo la sociedad moderna se está moviendo hacia la adopción del ‘Internet de las cosas’, con cámaras y dispositivos ubicuos, pues a medida que las tecnologías se vuelven más portátiles y omnipresentes, “el enfoque en la interacción” entre el ser humano y la tecnología “se torna aún más relevante”.

“Cada vez el hardware se está haciendo mucho más portable (...) Digamos que el desarrollo está sobrepasando el ámbito de la computadora y del celular para llegar al internet de las cosas”, señaló el académico.

El psicólogo Carlos Estrada, magíster en psicología, por su parte, si bien expresó confianza en la capacidad cognitiva que tiene el ser humano para apropiarse del uso de la inteligencia artificial, resaltó la necesidad de abordar los desafíos sociales y éticos que acompañan a esta revolución tecnológica.

El conversatorio continuó con una reflexión sobre la influencia de la inteligencia artificial en la salud mental, analizando cómo esta tecnología podría apoyar el diagnóstico, la intervención y la prevención de problemas en este campo, y destacando el potencial positivo y los riesgos, así como la posibilidad de manipulación y adicción.

"Hay algo que me preocupa mucho es que los seres humanos perdamos la capacidad de saber cuándo estamos siendo inducidos por una herramienta de inteligencia artificial y cuando es una decisión propia. Es uno de los grandes problemas en este momento porque estamos siendo inducidos a hacer muchas cosas. En la campaña política de la última elección en Estados Unidos había sospechas de que la gente había sido inducida", recalcó Zurek. 

Los panelistas también compartieron sus perspectivas sobre cómo las tecnologías emergentes están cambiando la ecología mental y social. Los efectos de estas tecnologías en la salud mental son innegables; sin embargo, la discusión dejó claro que su impacto no es unívoco, sino que depende en gran medida de cómo se implementen y utilicen. La prevención, la promoción y la regulación se revelaron como pilares esenciales para manejar esta relación en evolución constante.