Exploran el impacto del Modelo Nacional de Riesgo Sísmico en la prevención de desastres
Expertos abordaron el riesgo sísmico en Colombia y presentaron el Modelo. Luis Alberto González, director ejecutivo de ACOFI, destacó la importancia de generar capacidades en profesionales y estudiantes.
En compañía de expertos nacionales e internacionales y estudiantes, la Cátedra Europa abordó el martes, 1 de octubre, uno de los desafíos multidimensionales más importantes para Colombia: el riesgo sísmico y las afectaciones de sus eventos a nivel de las estructuras residenciales, así como el modelo nacional (MNRS), desarrollado por el Servicio Geológico Colombiano (SGC), la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería (ACOFI) e instituciones aliadas.
De esta manera, el salón 21K brindó un espacio para compartir conocimientos, experiencias y avances en la evaluación y gestión del riesgo sísmico, con el objetivo de contribuir a la construcción de comunidades más seguras y resilientes.
"Se estableció tener una organización que nos permitiera desarrollar de forma técnicamente viable el proyecto (…) Una de las metas más importantes del proyecto, además de la ganancia técnica, es generar una mayor capacidad en el país de profesionales asociados al tema, porque al final este es un proyecto en permanente construcción. Aquí tenemos ya un grupo de trabajo de 17 universidades y 17 líderes, y 80 estudiantes diferentes niveles”, afirmó el ingeniero civil Luis Alberto González, director ejecutivo de ACOFI, al presentar el modelo.
El Modelo Nacional de Riesgo Sísmico es una herramienta clave para la formulación de medidas de gestión del riesgo de desastres, así como la estimación de daños y pérdidas por eventos sísmicos que puedan afectar a la población en el territorio nacional. El profesor Carlos Arteta Torrents, director del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de Uninorte, es el coordinador académico del modelo.
Vitor Silva, coordinador del riesgo sísmico en la fundación Global Earthquake Model (GEM) y asesor clave del Modelo Nacional de Riesgo Sísmico (MNRS), resaltó la importancia de entender cómo distribuir los recursos del país frente a desastres naturales. Durante su intervención, enfatizó que los modelos de riesgo son esenciales para tomar decisiones informadas, ya que permiten asignar los fondos de manera más eficiente.
Recordó el terremoto de Italia en 2009, cuando el gobierno destinó un millón de euros para mitigar los daños. “Parecía una cifra alta, “pero en realidad no fue suficiente. La clave está en cómo se distribuyen los fondos y en identificar las construcciones más vulnerables”, indicó Silva.
Silva también señaló que los modelos de riesgo sísmico, como el MNRS, juegan un papel fundamental en la elaboración de regulaciones y códigos de construcción. Explicó que estas herramientas ayudan a identificar las zonas y edificaciones más expuestas al riesgo, permitiendo una planificación más precisa para reducir las pérdidas económicas y humanas. “Cada vez que ocurre un terremoto se generan pérdidas masivas, y uno de los mecanismos más efectivos para responder es a través de los seguros”, dijo, destacando que la existencia de un modelo de riesgo sísmico sólido es indispensable para diseñar sistemas de aseguramiento efectivos.
Además, Silva enfatizó que estos modelos no solo son útiles para gestionar el riesgo de manera local, sino que también tienen un impacto a nivel global. “Trabajamos con instituciones como el Banco Mundial y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para integrar estos perfiles de riesgo en sus evaluaciones”, añadió.
Sismos y realidad de la región Caribe
Otra de las expertas participantes fue Mónica Arcila, geóloga del Servicio Geológico Colombiano, quien enfocó su presentación en la actividad sísmica constante que experimenta Colombia, especialmente en la región Caribe. "Los sismos son eventos cotidianos", afirmó, recordando que la costa Caribe experimentó pequeños sismos la semana del 28 de septiembre, aunque la mayoría no fueron perceptibles para la población.
Explicó que estos fenómenos son naturales, consecuencia de la dinámica de la Tierra, y que es clave comprender cómo nos afectan para estar mejor preparados ante futuros eventos sísmicos de mayor magnitud.
La geóloga también resaltó el contexto tectónico de la región Caribe, donde convergen diferentes placas tectónicas, lo que la hace especialmente vulnerable a sismos significativos. La interacción entre la placa de Nazca y la suramericana es una de las causas principales de los movimientos sísmicos en esta zona. "Es fundamental que entendamos cómo se acumulan las tensiones en las placas y cómo estas liberaciones de energía se traducen en sismos que pueden afectarnos de manera considerable", concluyó.
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