El legado formativo de María Cecilia Reyes desde la comunicación
La docente del Departamento de Comunicación Social y Periodismo fusiona su pasión por la comunicación y la tecnología para promover un aprendizaje transformador. Comparte su visión para una formación integral.
La motivación de María Cecilia Reyes Redondo para dedicarse a la docencia surgió de una profunda conexión con la Universidad del Norte como un espacio de encuentro y generación de conocimiento. Inspirada por mentores que la guiaron durante sus años de formación, la profesora del Departamento de Comunicación Social y Periodismo encontró en la enseñanza una forma de retribuir el legado recibido y de continuar el ciclo de aprendizaje y crecimiento.
“Cuando era estudiante del pregrado siempre me imaginé siendo profesora en nuestra universidad. Probablemente porque tuve excelentes profesores que me transmitieron la pasión por la comunicación y la docencia, como Alfredo Sabbagh, Jesús Arroyave, Carolina Villamizar o Jennie Peña, quienes ahora son mis colegas (…) Siempre quise seguir ‘viviendo’ en la universidad y participar de los intercambios de saberes que aquí se propician”, manifiesta María Cecilia, también coordinadora del Uni5lab, laboratorio de investigación-creación audiovisual del departamento.
Para esta barranquillera, de 35 años, el rol del profesor universitario va más allá de la transmisión de conocimientos. Es un mentor, un compañero de viaje que guía a los estudiantes hacia la excelencia y el compromiso con la sociedad. Su consejo a los jóvenes aspirantes a la docencia es claro: “requiere mucha entrega, pero, sobre todo, nos exige una ciega esperanza en la humanidad. De ahí debe nacer la vocación”.
PhD en Humanidades Digitales (Universidad de Génova) y en Comunicación (Uninorte), realizadora cinematográfica y de narrativas interactivas, María Cecilia lleva 10 años ejerciendo la docencia y le interesa la intersección entre narrativa y tecnología. Esa sinergia suele encontrarla en su espacio favorito del campus: Uni5lab, “porque está lleno de jóvenes apasionados por el arte, un espacio de creación colectiva donde todos trabajamos de la mano”.
Los mejores profesores que he tenido en la vida no solo se han interesado por el cumplimiento de unos requisitos en una asignatura, sino en la persona, han dejado de ser profes para convertirse en mentores y compañeros de camino".
María Cecilia Reyes Redondo.
En un contexto educativo cada vez más digitalizado, la joven docente no solo se adapta al cambio, sino que lo abraza con entusiasmo. Su investigación se centra en el uso de las tecnologías digitales y su influencia en la sociedad y la creación artística. En el aula, fomenta el trabajo colaborativo y la reflexión sobre el uso responsable de la tecnología, promoviendo así un aprendizaje significativo y enriquecedor para sus estudiantes.
“En mis clases incentivo el uso de las tecnologías para distintos trabajos, pero para mí lo más importante es la trazabilidad y reflexión sobre su uso en cualquier tipo de creación o proceso, más que el producto generado. Por la naturaleza de las clases que enseño, el trabajo en grupo es fundamental, por eso realizamos mucho trabajo práctico en el aula donde se propicia la discusión y la creación en equipo”, argumenta.
Es por eso que ha sido testigo y promotora de experiencias memorables y transformadoras para sus estudiantes. Desde la creación de innovadores proyectos de realidad aumentada y cortometrajes interactivos hasta la producción de un podcast que explora la historia de los medios en Colombia, su labor está dejando huella en la formación integral de quienes pasan por sus clases.
“Estudiantes de Uni5lab, por ejemplo, realizaron dos cortometrajes interactivos, uno que usa un lector de ondas electromagnéticas cerebrales y otro que usa frutas, ambos proyectos han sido presentados en conferencias internacionales”, señala.
Con respecto a los desafíos actuales de la educación universitaria, la docente, aficionada a escribir cuentos y poesías, advierte sobre la dispersión de la atención causada por el abuso de las pantallas, un fenómeno que roba el tiempo y la profundidad del pensamiento. En su lucha contra esta tendencia, aboga por el arte como catalizador de reflexión y conexión humana genuina. Una firme convicción en el poder transformador del conocimiento.
“Debe haber un profundo respeto hacia el estudiante, y por otra, sentir sinceramente la necesidad del compromiso con el conocimiento y con la sociedad. Este compromiso los estudiantes lo perciben. Espero que también los inspire”, concluye María Cecilia.
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