El diseño, una estrategia desconocida de competitividad empresarial

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Anabella Rondina, docente en la Universidad de Buenos Aires.

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19 mar 2015

En un mundo globalizado como el actual, las empresas están constantemente replanteando las formas de mejorar su competitividad, la cual se mide a través de la diferenciación. El diseño es una herramienta estratégica ideal para sacar estas ventajas, pero todavía es díficil pensar en este más allá de la estética. Argentina ha sido un pionero en el tema, ha logrado gestionar el diseño corporativo para mejorar la productividad de las empresas.

En el 2001 la Subsecretaría de Economía Creativa de Buenos Aires creó el Centro Metropolitano de Diseño -CMD-, un espacio referente del diseño y la innovación que promueve y potencia el encuentro entre la comunidad de profesionales de diseño, las empresas e instituciones y el sistema de generación de valor. Su gerente operativa, Anabella Rondina, quien también es docente en la Universidad de Buenos Aires, estuvo en Uninorte participando en la Cátedra Europa. Grupo Prensa habló con ella sobre el proyecto.

¿Cuál es la función del CMD?

El Centro es una institución pública de 14 años de existencia, que se dedica a la promoción del diseño desde el punto de vista económico, social y cultural; trabaja básicamente en conectar el sistema productivo con los diseñadores. En ese sentido, hemos desarrollado diferentes líneas de trabajo para acercar esos dos mundo que por lo general están desconectados.

Tenemos un programa específico que es un sistema de consultoría en diseño estratégico, para que las empresas pymes de la ciudad puedan acercarse al diseño por primera vez. Otro programa de capacitación para los diseñadores que detectamos que tienen debilidades en el área de negocios, marketing, gestión. También hay una serie de escuelas que enseñan a personas a llevar a cabo los oficios del mueble, costura, marroquinería, porque como Argentina sufrió muchos años la desindustruialización. Esos oficios se perdieron.

Además, manejamos un sistema de incubación de empresas en base al diseño, donde emprendedores que tengan una idea de negocio participan en un concurso y si son seleccionados estan un año capacitandose con nosotros. Y tenemos una ley de promoción para que empresas intensivas en diseño se radiquen en la zona donde está ubicado el Centro para ayudarlas a mejorar. Y hacemos investigación propia sobre estos temas.

¿Cómo el diseño impacta en la competitividad de las empresas?

El diseño está visto como una cosa accesoria y bonita, pero la verdad es que el diseño tiene un montón de cualidades en cuanto a la mejora de competitividad, porque puede bajar costos, abrir nuevos mercados, crear nuevos productos en base a requisitos o necesidades específicas. El diseño es una profesión que tiene un montón de componentes científicos que está comprobado que ayudan a que las empresas logren ganar más clientes y satisfacción de los mismos. En la ciudad de Buenos Aires ya más del 50% de las empresas han contratado servicio de diseños y esperemos que todas lo hagan.

¿Cómo el CMD ha ayudado a mejorar la productividad de la industria en Buenos Aires?

Las empresas que pasan formalmente por nuestro programa han tenido buenos resultados en las consultorías, que lo que hacen no es crear un producto sino generar un diagnóstico de qué cosas puede hacer el diseño con por esa empresa. Quienes han realizado el proceso ya estám implementando esos planes y están ganando nuevos mercados. El diseño realmente mejora la competitividad, genera puestos de trabajo, aprovecha los recursos locales.

¿Qué perfil deben tener los diseñadores para cumplir estos objetivos?

Deben tener una visión estratégica, no puede solo pensar en el producto sino que tiene que tener una visión amplia de la empresa en general, tiene que saber escuchar, porque el que más sabe del negocio es el empresario que tiene adelante. Tiene que entender de economía del país, no solo de la empresa, porque sino no puede generar estrategias acordes. Y tiene que tener mucha cultura general, el diseñador tiene que tener una visión muy global y no convertirse en un técnico, porque sino cae en riesgo de volverse un chofer de mouse, en alguien dedicado solo a desarrollar el producto y no a poder tomar desiciones estratégicas en la empresa. 

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