El decano del latin jazz encantó anoche a Uninorte

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Chucho Valdés durante su presentación en el V concierto Euro Caribe.

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20 mar 2015

La magia del jazz afrocubano en el piano del maestro Chucho Valdés se tomó anoche el Coliseo de la Universidad. El swing y el sabor de la mezcla entre Europa y el Caribe fueron los protagonistas del gran concierto de la Cátedra Europa. Junto a su grupo Afro-Cuban Messengers, 70 años de carrera musical se evidenciaron en un solo escenario, con un amplio repertorio que incluyó versiones de Chopin y Rajmáninov y composiciones de su último trabajo discográfico, Sin Fronteras.

La apertura del concierto Euro Caribe estuvo a cargo de estudiantes del Ensamble de Jazz y música popular del Departamento de Música de Uninorte, quienes estuvieron ambientados por el movimiento de caderas y de faldas del grupo de danza folclórica de Bienestar Universitario. Posteriormente, se presentó Chucho Valdés, considerado la figura más influyente en la historia moderna del jazz afrocubano, acompañado de la batería, percusión, tambores batá, bajo y trompeta.

Dos horas de música que movieron las fibras de todos los asistentes, y que tuvo dos invitados especiales: Basilio Márquez, que encantó con su trompeta, y Mayra Caridad Valdés –su hermana- cuya voz recordó las raíces propias que representan. Caridad, de la película Calle 54, y Timba Tango, un tango dedicado a su esposa Lorena en el nuevo cd, fueron algunas de las canciones que más emocionaron al público, que despidieron al maestro de pie y con una ola de aplausos que se prolongó por varios minutos.

Su destreza es inigualable y lo ha demostrado a lo largo de una prolífica carrera musical, su técnica no pierde vigencia y eso lo notó ayer Barranquilla. Chucho Valdés, hijo de Cuba, y visitante del mundo, habló con Grupo Prensa antes de su show.

¿Qué tanto se ha adaptado durante todos estos años a los cambios de la música y cómo ha marcado eso su propia vida musical?

Bueno la música yo la considero hasta una ciencia. Va evolucionando siempre y todas las etapas van transformándose y van saliendo nuevas ideas, nuevas fórmulas. Muy parecido a la medicina que nunca está en el mismo lugar, siempre sale algo nuevo. Y el músico debe evolucionar con el tiempo o se queda hasta el tiempo que llegó. Es como el camarón que se duerme y se lo lleva la corriente y la vida sigue.

¿Cómo es su proceso creativo y cómo ha evolucionado su música a través del tiempo?

Yo no tengo planes, yo sé que hay dos teorías: cuando venga la musa, el duende o la inspiración, que te coja trabajando. Chopin decía: yo escribo cuando viene el duende, cuando estoy inspirado. Yo prefiero cuando siento deseo, cuando siento esa cosa sobrenatural que te vienen las ideas buenas, yo me siento y trabajo y cuando se va eso, paro. El proceso es difícil a veces porque te coge en momentos inadecuados, como por ejemplo en un avión y tienes que salir corriendo a buscar una hoja de papel porque te vienen ideas muy buenas o soñando, estoy durmiendo y sueño con un tema y me despierto y digo: ese tema es un sueño y me acuerdo y entonces voy y lo escribo. Es decir, nunca forcé el trabajo de composición. Estudié la técnica de composición, pero yo no trabajo en un laboratorio por fórmulas.

¿Usted habla de la música de su país, habla de Cuba, pero qué conoce de la música colombiana y que puede rescatar de ella?

Para darme un poco de vanidad, te voy a decir algo de Colombia, vine a tocar aquí en los Carnavales y gané Congo de Oro tocando La Pollera Colorá y cumbia, y para eso la tuve que estudiar muy bien. Me gusta la cumbia muchísimo y también me gustan las cosas modernas, el buen vallenato a mí me gusta. Conozco artistas de acá muy buenos como Eddy Martínez, quizá de las nuevas generaciones los iré conociendo y para eso estoy aquí también.

¿Hasta qué punto la fusión puede acabar con la originalidad de un ritmo?

Todo depende del creador, del talento del creador. Es decir, puedes hacer una buena fusión como mi papá hizo con el flamenco, cuando con Diego El Cigala hicieron Lágrimas Negras. Diego El Cigala es una muestra de lo que es el flamenco y la música cubana juntas, que tienen una buena relación y es un resultado increíble. Si ese tipo de fusión no está bien hecha cambia el nombre y se vuelve una con-fusión. Por eso es que todo depende del artista. La música cubana de todas maneras es una fusión de elementos africanos y de Europa, no hay otra: África y España.

A propósito de su papá, duraron mucho tiempo separados, ¿cómo fue el reencuentro y la creación del disco "Juntos para siempre"? ¿Qué significó para Cuba la muerte del maestro Bebo Valdés?

Grabamos ese disco en 2008, lo hicimos en una sola sesión porque papá y yo hacíamos lo que hacíamos diariamente en mi casa, nos poníamos a tocar piano y llegamos al estudio y creamos el disco, así como siempre trabajábamos. Además, lo lindo de ese disco es que es un diálogo entre dos pianos, por la cabeza de nadie pasó una comparación porque eso es imposible, alumno y maestro. Es un disco muy lindo porque un piano habla y el otro le contesta, ese disco ganó tres premios, entre ellos dos premios Grammy. Y bueno, para Cuba la muerte de papá fue una pérdida grande, porque ha sido uno de los íconos históricos en la música cubana. Fue muy fuerte para Cuba y para mí, te imaginarás. Los últimos 13 años de la vida de mi padre estuvimos haciendo conciertos a dos pianos, llegamos a hacer muchas cosas.

¿Qué consejo le puede dar a los músicos que están en formación?

En el campo del jazz lo que yo hice fue escuchar mucho, y después escoger lo que más me gustaba. Empecé a ver a los pianistas y después decía "me gusta este o me gusta este otro". Después me metí a transcribir, ese trabajo se las trae, pero es muy importante para el oído, porque lo que tú puedas transcribir primero lo grabas en la mente, y después buscas las evoluciones de los propios estilos. Después de hacer eso hay que empezar a buscar tu personalidad e impregnar con tu estilo lo que tú hagas. En la música popular tuve el placer de tener una banda cubana que se llama Irakere, que se metió por las dos calles; la calle de la música de concierto y la calle de la música popular bailable. Los primeros bailes que yo toqué con la banda, las personas no bailaban. No sabíamos tocar para el bailador. Por eso íbamos a los bailes a ver cómo tocaban las otras bandas y de qué forma bailaba la juventud. A partir de allí, e ir probando, entramos en el género popular.

Por: Grupo Prensa

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