¿Cómo hacer frente a una crisis como la actual al interior de las empresas?

“Toda crisis conlleva a un conjunto de oportunidades, por lo tanto, es importante estar atentos a cómo estas se pueden aprovechar. Es fundamental efectuar una reflexión sobre la actividad de la organización, los protocolos de gestión y la solución de conflictos que se presentan al interior”.

Esta fue una de las reflexiones de Juan Pablo Isaza, profesor del doctorado de Derecho de la Universidad del Norte, durante el conversatorio “Gestión de conflictos en las organizaciones en tiempos de crisis”, desarrollado el 21 de octubre en la Cátedra Europa 2020, en donde, junto a su colega María de Jesús Illera, debatió con Juan Ramón de Páramo, profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad Castilla La Mancha, y Leticia García Villalienga, profesora de Derecho Civil de la Universidad Complutense de Madrid, sobre las medidas que han tomado las empresas para hacer frente a la pandemia de covid-19.

La crisis sanitaria ha afectado la esfera social, política y de salud, así como a la empresa privada, dado que las medidas de aislamiento obligaron a las organizaciones a implementar iniciativas que facilitaran la gestión, la administración y la solución de conflictos, además de estrategias de comunicación que generaran confianza en sus empleados.

Para el profesor Páramo, toda crisis tiene que ver principalmente con la deficiencia y el entendimiento de la teoría, porque “no sirve ser prácticos al instante, si no hay una buena información del problema”. Por ende, no habrá comunicación a lo que se quiere llegar y en las urgencias principalmente ponen en sobre aviso a las personas que tienen que decidir los riesgos que se pueden correr.

De acuerdo con los expertos, muchas de las acciones tomadas dentro de las empresas pueden no conseguir una solución efectiva, por lo que es importante interpretar el problema con herramientas analíticas de diagnóstico, que serán útiles en la toma de decisiones, como las matrices o el mapeo que permiten llegar al entendimiento de la realidad.

“Las crisis comienzan según el modo en que nos hacemos cargo de ella. El diagnóstico que tratamos de hacer antes o durante el problema nos hace inteligibles y nos condiciona al tipo de respuesta práctica que damos, pues cuando abordamos un conflicto es fundamental el mapeo y el diagnóstico del mismo para poder elegir de manera correcta la herramienta necesaria y práctica para una solución”, sostuvo Juan Ramón.

Según el docente, durante la pandemia se han reflejado pérdidas de tiempo en cuanto a respuestas y acciones para el bien común, debido a las deficiencias cognitivas, ya que “quisimos hacer inteligible esta crisis y analizarla por categorías inadecuadas”, como el comportamiento individual, el grupal, la guerra, las teorías falsas, entre otras. 

“Sin embargo, la crisis, para bien o para mal, ha revelado las condiciones estructurales en las que vivimos y la solución es simplemente la inteligencia colectiva de las organizaciones, la protección pública y el diseño de políticas públicas”, agregó.

Leticia García aseguró que una crisis puede ser gestionada de manera positiva, porque puede ser el motor del cambio personal y social, promover la identidad grupal y fomentar la confianza, pero, sobre todo, permite aprender a desarrollar nuevos modelos dentro de las organizaciones.

“Lo primero, y en relación con las organizaciones, es trabajar con el diagnóstico del conflicto. Más que nunca salen a la luz aquellas deficiencias estructurales que tienen las empresas, pero para ello existen herramientas que permiten ver lo que pasa dentro de una empresa, cómo qué tipo de conflictos, valores, estructura, información o desinformación hay. Ya después tenemos matrices para que, sobre el diagnóstico, podamos intervenir y trabajar con acciones de formación”, puntualizó García.  

La complejidad de la crisis mundial, según García, ayuda a entender nuevos procesos y nuevas herramientas que descubrimos y ponemos en práctica de manera inmediata para optimizar las organizaciones. “Estas situaciones nos llevan a entender que las empresas deben estar comprometidas con la forma de resolver los conflictos y todo tiene que ver con valores como: la solidaridad, el respeto, la igualdad y trabajo en equipo. No es sencillo, pero es el reto que tenemos de ahora en adelante”, concluyó la profesora Leticia García Vilaluenga.

Por Valentina Sánchez Herrera