Alianzas científicas entre universidad y empresa, tema en Café Tertulia
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02 may 2017
Un grupo de investigadores y empresarios se reunieron alrededor de una taza de café para compartir sus experiencias en proyectos que unieron los esfuerzos de academia e industria, en la más reciente edición de Café Tertulia.
Realizada en el restaurante 1966 el 26 de abril, fue la primera jornada de tres que se realizarán en el año bajo el tema Usos sociales de la ciencia. La idea es plantear conversaciones sobre las dinámicas actuales y retos futuros del conocimiento científico que desarrolla la academia en alianza con sectores empresariales, gubernamentales y sociales.
El encuentro, moderado por el decano de la División de Ciencias Básicas, Joachim Hahn, comenzó preguntando a los panelistas sobre las expectativas que se tienen al emprender un proyecto de investigación universidad-empresa.
Para Humberto Gómez Vega, del Grupo de Investigación en Materiales, Procesos y Diseño de Uninorte, los investigadores esperan, en gran medida, encontrar un nicho de aplicación de su trabajo.
“Cuando uno asume el rol de investigador, está comprometido con el avance de la ciencia. Para aquellos que hacemos investigación aplicada, encontramos en los proyectos universidad-empresa el contexto y el campo de aplicación donde al final va a terminar el avance de la ciencia que hacemos”, expresó.
Por su parte, Marco San Juan, director de Innovación en Promigas, consideró que estas alianzas son provechosas para las empresas porque la articulación con una universidad —que tiene fortaleza en ciencia y tecnología en las áreas de interés de crecimiento del negocio— les permite llevar a cabo proyectos en dos frentes: apuestas de corto plazo para tecnologías que puedan desarrollar, adaptar e implementar en su sector, y apuestas de crecimiento en el mediano y largo plazo.
En cuanto a las claves para que estas alianzas se ejecuten armoniosamente, Alain Cortesi, vicepresidente de Desarrollo Corporativo de Procaps, considera cuatro como las más importantes: definir el propósito común e identificar los propósitos individuales de la alianza; definir y estructurar cómo se llevará a cabo la alianza y los acercamientos de las partes; compartir el conocimiento entre los involucrados, y tener confianza entre los mismos.
Con él estuvo de acuerdo Carlos Paternina, del Grupo de Investigación en Productividad y Competitividad. “Lo importante aquí es mantener esa relación de confianza. Si nosotros no somos capaces de entregar lo prometido, de tener en ese relacionamiento un grupo de investigadores y un grupo de aliados innovadores en la empresa, esa relación no va a tener un futuro cierto. Si por el contrario entregamos lo prometido y mucho más, puede potenciar aún más esa relación a largo plazo”, sostuvo.
Eduardo Egea, del Grupo de Investigación en Inmunología y Bilogía Molecular, añadió a esa fórmula de éxito el conocer a la empresa con la que se va a trabajar, cuáles son sus propósitos y razones para llevar a cabo la alianza. Igualmente, tener un conocimiento del entorno, “porque de lo contrario llevamos buenas ideas pero que posiblemente ya han sido desarrolladas”.
Finalmente, Ricardo Román, gerente de Palermo Sociedad Portuaria – Coremar, añadió que para que estos proyectos conjuntos se materialicen, también debe haber un compromiso por parte del estado, como factor exógeno importante para el desarrollo de las ciudades, que es, al final, el objetivo del uso social de la ciencia.
“La importancia del conocimiento como factor de desarrollo es lo que nos va a permitir que estas alianzas continúen y se materialicen”, apuntó.
Por Melissa Zuleta Bandera