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COLUMNA

 
Alberto Linero
 
Por: Alberto Linero
Egresado de la Especialización en Negociación y Manejo de Conflictos (2003)


Columnista, escritor, docente y conferencista internacional.

 

Hay realidades que se nos imponen, que no están bajo nuestro control, pero lo que sí podemos definir es nuestra actitud frente a ellas. Tengo claro que no lo puedo controlar todo, pero estoy seguro que mi actitud en todo momento depende de mí. La pandemia con todas sus manifestaciones nos ha hecho volver a entender esta condición de seres humanos, ya que nos ha impuesto una serie de privaciones y de nuevas rutinas, so pena de hacernos sentir nuestra vulnerabilidad. Frente a ella, lo que necesitamos hacer es generar la mejor actitud, una que nos ayude a superarla de la mejor manera posible. Sí, desde nuestra situación actual, desde los roles que desempeñamos y desde la formación que tenemos, debemos decidir cómo enfrentamos la existencia. Creo con Víctor Frankl que: “La última de las libertades humanas es elegir la actitud de uno mismo en cualquier circunstancia, elegir nuestro propio camino… El hombre puede conservar un vestigio de la libertad espiritual, de independencia mental, incluso en las más terribles circunstancias de tensión psíquica y física”. Nadie puede obligarnos a vivir la vida de una forma que no queramos.

Para mí, esa actitud puede estar caracterizada por: control emocional, generosidad, solidaridad y mucha esperanza.

Es el momento de crecer en inteligencia emocional, esto es, de ir progresando en la mejor percepción de las emociones propias, gestionarlas de la mejor manera para la realización de nuestro proyecto de vida, auto-motivarnos y ser empáticos con los demás. Ser capaces de enfrentar las tensiones emocionales, los conflictos, los episodios de ansiedad, de depresión y de estrés que se pueden presentar. Tenemos que enfocarnos en lo que sentimos. No basta con un buen desarrollo cognitivo, sino que se hace necesario poner atención a nuestra estructura emocional. A veces en los espacios académicos olvidamos que somos seres senti-pensantes.

Creo también que no hay posibilidad de superar la pandemia sin generosidad y solidaridad. Si solo nos concentramos en nosotros mismos de manera egocéntrica, egoísta y ególatra, seguro vamos a fracasar todos, porque el virus nos ha dejado claro lo interconectados que estamos. Dependemos los unos de los otros, queramos o no. En este contexto, dar es una manera de asegurar que podremos recibir. Tenemos que pensar en el otro y cuidarlo. Atrincherarnos en nuestros intereses y creer que la única posibilidad que tenemos frente a ellos es la crítica corrosiva y destructora, nos asegura la destrucción final.

Dando un paso más, entiendo desde Ernest Bloch la esperanza como un principio activo, como un impulso a concentrarnos en trabajar en el presente para gozar un mejor futuro. No podemos dejar que la lucidez, la comprensión detallada de la realidad, nos desanime y nos hunda en la vida sombría, amargada y pesimista. Podemos soñar porque podemos trabajar. Es necesario luchar por lo que creemos es posible. Hay que estar lejos de someternos a dictaduras del pesimismo, siempre podemos creer y confiar.

Me gusta re-leer constantemente el 'Mito de Sísifo' de Albert Camus y descubrir en él que podemos darle sentido a todo lo que hacemos, así parezca una condena. Esta es mi invitación de hoy: “Toda la alegría silenciosa de Sísifo consiste en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su cosa. Del mismo modo, el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, hace callar a todos los ídolos… En ese instante sutil en que el hombre vuelve sobre su vida, como Sísifo vuelve hacia su roca, en ese ligero giro, contempla esa serie de actos desvinculados que se convierten en su destino, creado por él, unido bajo la mirada de su memoria y pronto sellado por su muerte. Así, persuadido del origen enteramente humano de todo lo que es humano, ciego que desea ver y que sabe que la noche no tiene fin, está siempre en marcha. La roca sigue rodando”. Si en nuestras manos está la actitud con la que enfrentamos estos momentos. Somos libres para hacerlo, demostrémoslo.