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BIENESTAR

 
Mónica Avendaño Tafur
 
Por: Mónica Avendaño Tafur

Terapeuta Psiquiatra y Coach Ontológico


Egresada de Medicina (1986) con conocimiento en Medicina Biorreguladora, Medicina Tradicional China, Terapia neural, Sintergética y Programación Neurolingüística. Capacitada en  Geometría sagrada, Reconexión y Reiki.

El distanciamiento físico ha reafirmado nuestra dependencia a los dispositivos digitales y alterado la manera en que nos relacionamos, incluso con el núcleo familiar con el que vivimos. Una egresada de Medicina, psiquiatra, nos da recomendaciones para lidiar con el estrés que esta situación genera.


Ver el celular en la mano de personas de cualquier edad, como una prolongación de sí mismos, como un dedo más, se ha convertido en una escena frecuente. Es incluso parte de la identidad de quien lo porta; cuando vemos el forro que cubre o protege el aparato digital, de alguna manera nos revela algo de quién es. Cualquier sonido o luz o vibración, que salga del aparato digital, inevitablemente, captura la atención de su dueño. Se pregunta uno, ¿quién controla a quién?

Se ha convertido en parte del atuendo y/o de las herramientas de desempeño diario, hasta el punto de sentir la necesidad de de devolverse a un sitio cuando se ha dejado olvidado, como si se tratara de  su cédula de ciudadanía o sus lentes de hipermetropía o miopía, o el tapabocas, en las circunstancias actuales.

Este uso excesivo del celular,  es una de las causas de estrés más importantes y frecuentes en este momento. Definimos como estrés, esa respuesta fisiológica del organismo de huida o lucha frente a una exigencia inesperada de la vida, que alarma en primera instancia, con una intención de resistencia por parte de quien lo está viviendo, hasta que sus recursos internos físicos y emocionales se agoten.

Por supuesto el resultado es un sistema inmune cansado que termina presentando una disminución de su resistencia, y es ahí donde sobreviene la enfermedad, en cualquiera de sus manifestaciones: fatiga crónica, irritabilidad, desconcentración y disminución de la memoria, trastornos del sueño, trastornos gastrointestinales y cardiovasculares y algias musculares por mencionar las más frecuentes.

Lo realmente preocupante es que esto termina siendo parte de la vida cotidiana, pero ¿en qué momento nos acostumbramos a vivir enfermos?  El disestrés se hizo “normal” hasta el punto de convertirlo en euestrés, que es el estrés necesario de la vida para ponernos en movimiento de responsabilidad, es decir, responder con habilidad a las exigencias diarias. La era digital, como le llamamos, es una herramienta valiosa, que genera información ágil y oportuna, que acorta distancias y deshace fronteras, pero no la estamos utilizando como tal, es ella quien ha terminado usándonos, convirtiéndose en el arma con la que nos hacemos daño.

El momento actual de pandemia ha reafirmado nuestra dependencia a los dispositivos digitales: toda la familia respondiendo a sus tareas de escuela, universidad y trabajo que demandan largas jornadas frente a la pantalla, estamos todos revueltos pero no juntos. El tema del estrés digital es mucho más delicado en esta circunstancia mundial ya que  pone de frente a asuntos por resolver; y si contamos con la sabiduría suficiente, leeremos el mensaje y podremos trascender la situación.

Ante la evidente problemática, ¿qué hacer?

 

1. Propicie reuniones en familia, pero antes asegúrese que todo el mundo deje su celular o urgencia digital de cualquier índole en un canasto que simbolice, que este aparato, no desplaza lo que de verdad es importante: comunicarnos mirándonos a la cara, compartiendo verdaderamente.

2. Empiece a hacerse consciente de la “prolongación” de su celular en la que usted se ha convertido. Solo así podrá dar lugar a verdaderos cambios.

3. Ponga horario a su trabajo digital. Entienda que necesita momentos para desconectarse, de lo contrario los aparatos digitales terminarán por reemplazar a las personas importantes de su vida, e incluso a usted mismo.

4. Revise qué aspectos de su vida están siendo desplazados por sus aparatos digitales.

5. Reconozca en su cuerpo señales de estrés digital y acuda a su médico para poner en orden su salud, antes de que sea un tema irreversible.

6. Considere que el tema de estrés digital no es una exageración, es una realidad palpable.