Toda situación trae consigo su maestría y esta pandemia nos ha llenado de enseñanzas.

Para que los aprendizajes sirvan en el crecimiento tanto de las personas como de las empresas, es importante mirar cómo se comporta la economía en temas de empleabilidad.

Si bien se ha presentado una recesión importante para la economía local y regional, y muchas empresas se han retraído en la inversión hacia los empleados y hacia la atracción de nuevos talentos, en Amrop Top Management hemos mantenido la dinámica, tanto en búsqueda y selección de ejecutivos, como en procesos de valoración de competencias del recurso interno.

En este sentido, los sectores más representativos con los que hemos trabajado en los meses de confinamiento han sido el de alimentos, agroindustria (insumos para alimentos), construcción, energético - gas y servicios a la industria.

Los perfiles de mayor demanda han sido los relativos a procesos tácticos, los que tienen que ver con ejecución de labores para mejorar la calidad de los productos o servicios que prestan las compañías, en ese sentido el reclutamiento ha estado enfocado a líderes de áreas de producción, mantenimiento, contable y comercial, entre otros.

Para destacar, la pandemia ha puesto en evidencia el rol protagónico de las áreas de gestión humana, y es ahí donde debemos enfocar la mirada atenta, pues se hace necesario invertir menos tiempo en procesos administrativos y transaccionales y en dedicarnos a generar programas y proyectos de cara a las transformaciones y prácticas organizacionales, y a la implantación de una cultura organizacional orientada a satisfacer las necesidades de los clientes y empleados.

Nos hemos vuelto más íntimos en el sentido de valorarnos y mirarnos más hacia adentro. Notable cambio de realidades debido principalmente a que el exterior por estos días, se ofrece ajeno, lejano y apartado.

En prospectiva, vemos una ola de reestructuración organizacional que traerá consigo necesidades de evaluación de perfiles internos para analizar polivalencias, necesidades de selección para identificar perfiles con competencias desarrolladas en temas digitales, de e-commerce, multitasking, manejo del cambio, manejo integral de procesos y gran capacidad de innovación.

Sin lugar a dudas, sigue habiendo trabajo. Mucho trabajo.

El primer semestre del año impuso un antes y un después en el mundo, en la manera de comunicarnos, de interactuar, de hacer el trabajo, de decidir con quién hacer negocios y en general en todos los aspectos de nuestra vida que crearán cambios permanentes en ella.

Ha sido claro que quienes estaban preparados para la transformación digital, han acortado la curva de ese aprendizaje y estarán listos para asumir nuevos retos, independientemente al sector al cual pertenezca. Se trata de seguir jugando para ganar, no para sobrevivir, por lo que esta crisis ha traído consigo la oportunidad de hundir el acelerador hacia la transformación organizacional. La virtualidad con la incorporación al mundo digital, que era un diferenciador, hoy se ha convertido en una ventaja comparativa, ya que son otros los retos, las prioridades y los paradigmas en el desarrollo de las organizaciones que impactarán de corto plazo sus resultados y la inserción laboral.

Bajo un panorama de fuertes retos por estabilizar la economía, con profundos problemas sociales y altos índices de desempleo en el mundo reportados por la OIT, ¿cuáles serían los sectores, compañías y profesiones que podrían tener mejores oportunidades?.

Indiscutiblemente las de los sectores básicos de servicios y productos esenciales de consumo masivo mayorista, que si bien deben seguir respondiendo a las demandas del mercado, están retadas a ser mucho más competitivas en su logística, servicio y recursos que faciliten las compras online, ya que las nuevas actitudes y hábitos de compra moldeados por las redes sociales y la web, privilegian cada vez más a las empresas de un mercado minorista más personalizado.

Por obvias razones las del sector salud, que han estado y seguirán expuestas a poner a prueba sus estrategias, estructuras, fortalezas, recursos, prácticas y disposición de servicio.

Las plataformas del sector de comercio electrónico que brindan mejores experiencias de compra y de servicios conexos también diferenciados, al igual que las compañías de desarrollo de equipos y de soluciones tecnológicas con inteligencia artificial aplicable a diferentes sectores de producción y servicios, que han logrado rápidamente un incremento significativo y en algunos casos exponencial en sus ventas. También aquellas que redefinirán el futuro del trabajo (el trabajo no es un lugar, es una tarea), como las de la llamada “economía GIC” o de plataformas, ya conocidas en nuestro medio y muy especialmente las de la llamada “economía del talento,” en bienes, servicio e información, que crean y acercan mercados en línea. Allí, profesionales freelance, con talento especializado y diferenciado, trabajan por encargo de manera cada vez más remota, creando soluciones de colaboración abierta o agregando valor a varias organizaciones en proyectos puntuales que demandan altos estándares con demostrado éxito y constante mejora en sus ingresos.

No muchos estábamos conscientes de que iniciábamos la cuarta revolución industrial, con inteligencia artificial y avances en la robótica, las tecnologías colaborativas, el internet de las cosas y el gran valor de la data, que van a requerir educación 3.0 y asímismo ajustes y transformaciones de todo tipo al interior de nuestras organizaciones.

Es una realidad que el mundo se adelantó por lo menos en dos años a la adopción de nuevas tecnologías y cuyo impacto dejará en evidencia:

1. Los negocios y organizaciones que lograrán avanzar de manera más firme y rápida en una economía con mercados inciertos y mucho más competidos.

2. Las brechas de competencias que será urgente cerrar o las nuevas competencias que será necesario incorporar porque hoy día no las poseen sus colaboradores

3. Algo no menos importante, cuáles serán las recursos, políticas, regulaciones y legislaciones justas, para este nuevo orden laboral.

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