EDITORIAL
Lo que más extraño de los días anteriores a la emergencia sanitaria que alteró nuestra cotidianidad es la posibilidad de recorrer los pasillos de la Universidad para encontrarme con profesores, estudiantes, colaboradores, amigos en nuestro campus verde y biodiverso con sus plazoletas a cielo abierto.
Son muchos los cambios, pero más que todo desafíos a los que nos seguiremos enfrentando, incluso después de que el peligro esté superado. Esta crisis de salud pública, ha precipitado la llegada de la virtualidad a la educación. Estamos aprendiendo y cada día será mejor esta nueva forma de relacionarnos.
La Universidad del Norte a través de su hospital y con su grupo de epidemiólogos de excelencia académica, que está apoyando a las autoridades locales con sus conocimientos para enfrentar esta pandemia, está contribuyendo al bienestar de nuestra ciudad y región. La prioridad es salvar vidas.
En apoyo a la Gobernación del Atlántico y su Secretaría de Salud, la Universidad ha dispuesto todos los equipos de los laboratorios de la División de Ciencias de la Salud para que en el Laboratorio de Salud Pública del departamento se realicen pruebas diagnósticas de la COVID-19.
Acompañamos a los entes gubernamentales locales, regionales y nacionales en sus comités y equipos de trabajo, proporcionando elementos de análisis que aporten y sustenten las decisiones y medidas en salud pública. De la misma manera emitimos conceptos a la opinión pública y medios de comunicación para generar información veraz y confiable.
En esta coyuntura jugamos no solo el rol de institución de educación superior, somos también una entidad prestadora de salud, a través de nuestro Hospital Universidad del Norte, HUN, que por 23 años ha sido el lugar donde nuestros médicos en formación fortalecen sus conocimientos, pero también el lugar de atención de miles de pacientes de la zona centro y suroccidente de Soledad, Atlántico, que pertenecen principalmente a los estratos socioeconómicos 1, 2 y 3.
Gracias a la Cruz Roja del Atlántico, que facilitó 27 camillas que estaban disponibles y que habían sido adquiridas el año pasado para los Juegos Centroamericanos, nuestro Hospital adecuó la zona de estudios del Bloque Académico, incrementando así la capacidad a 171 camas para atender y garantizar la calidad en el servicio.
Hemos contado con la solidaridad de grandes empresas y muchas personas que con sus donaciones nos ayudaron para preparar mejor al Hospital de la Universidad del Norte. Veo en esta causa la oportunidad de demostrar en esta pandemia nuestro sentido de pertenencia como egresados, no solo con la institución en la que aprendimos a ser profesionales y personas íntegras, sino también con nuestro departamento y sus comunidades.
Los canales están dispuestos, para donación en línea en la medida de sus posibilidades. Todos los aportes son bienvenidos. Lo que más necesitamos es multiplicar las voluntades, amplificar el mensaje. Somos miles de egresados, los necesitamos a todos.
Adolfo Meisel Roca, rector.