ARTÍCULO RECTOR
Rector de la Universidad del Norte.
Una síntesis sobre las causas históricas del rezago de la región Caribe, los aspectos críticos que hoy en día siguen reforzando el atraso de este territorio y un llamado sobre el papel decisivo que cada egresado uninorteño, formado con sello Caribe, juega en este desafío.
La Universidad del Norte fue fundada hace ya más de medio siglo, en 1966, por un grupo de empresarios barranquilleros encabezados por Karl C. Parrish Junior, y contó con el apoyo de prominentes dirigentes locales, entre ellos don Mario Santo Domingo, uno de los principales financiadores de este proyecto.
clásica y vallenato. En la foto, el Rector devela el monumento en su honor, en 2021, a propósito de la celebración de los 55 años de Uninorte.
Con esa referencia quiero hacer énfasis en el compromiso caribe de la Universidad del Norte. Para nadie es un secreto que en los diferentes indicadores económicos y sociales, la región presenta rezagos sociales considerables con respecto al resto del país, que se refleja, por ejemplo, en que el producto interno bruto per cápita de los ocho departamentos del caribe esté 36 % por debajo del promedio nacional, de acuerdo con datos de 2020.
En las últimas décadas, los científicos sociales del caribe colombiano han avanzado mucho en el estudio de las causas del atraso económico relativo costeño, y han encontrado múltiples determinantes para explicar esta situación. Para ser muy sintético, resaltaría tres factores que han incidido para que la región sea más pobre que el resto del país.
En primera instancia, nuestra estructura económica y social mantiene profundas desigualdades de oportunidades, que son resultado del legado colonial, a través de la hacienda ganadera, la esclavitud, las encomiendas, entre otras, que heredamos de la estructura social impuesta por los conquistadores españoles. Los economistas Acemoglu y Robinson han popularizado el argumento de las reglas del juego económico, o las instituciones, son las que hacen que un país o región se desarrolle. Según su análisis, la prosperidad en el largo plazo depende de las instituciones, entendidas como las reglas de juego en la actividad productiva. En buena medida, este argumento coincide con la pobre institucionalidad que nos llegó del periodo colonial.
Un segundo factor para entender el atraso económico del caribe nuestro es el centralismo del Estado colombiano, que ha discriminado a lo largo del tiempo contra las inversiones en la región. Las políticas económicas, como el régimen arancelario, los subsidios a los créditos, a la industria y a los exportadores, han privilegiado, principalmente, al centro del país, el llamado triángulo Bogotá-Medellín-Cali.
El tercer elemento es la forma como las regiones dominantes política y económicamente han construido un discurso negativo sobre la cultura caribeña. Se han creado estereotipos perjudiciales a la hora de participar de manera equitativa en el acceso a las oportunidades y la inversión pública. Es lo que algunos analistas llaman el “orientalismo interno”, en alusión a los aportes del intelectual palestino Edward Said, quien describió cómo en Occidente se construyó un discurso estereotipado sobre el Oriente, que legitimó intelectualmente la conquista y discriminación de los pueblos de Oriente por parte de los occidentales.
“El temperamento costeño se da todo en expansivo gesto. En poco se recata y esconde, en casi todo se pronuncia explosivamente: en el hablar, en el reír, en el amor fulminante y fugaz, en el fervor político de una hora, en el acento tribunicio de sus hombres, es el derroche de palabras, de alabanzas y vituperio, de dinero…”
En contraste, de los antioqueños dijo: “Conserva buena tradición de honradez, ambicioso y un poco tahúr en los negocios. Progresista y civilista, ama la paz y la civilización material…”
¿Cómo superar esta condición de atraso regional? Los científicos sociales del caribe han venido proponiendo algunas estrategias. Y corresponde a nuestros egresados uninorteños, profesionales costeños, aportar su granito de arena a esta discusión en los próximos años. Sus ideas serán bienvenidas y son absolutamente necesarias.
"¿Cómo superar esta condición de atraso regional? corresponde a nuestros egresados uninorteños, profesionales costeños, aportar su granito de arena a esta discusión en los próximos años".
Ustedes como egresados de la mejor universidad de la región Caribe, una de las mejores de Colombia, desde sus respectivos lugares de trabajo tienen la inmensa responsabilidad social de exigir la priorización y el mejoramiento de la calidad de la educación que recibirán las nuevas generaciones costeñas. Los invito a que promovamos entre todos esta causa por el bien del país.
Una segunda debilidad manifiesta que le impide tener mayor crecimiento a la región es que los gobiernos locales son poco eficientes en el uso de los recursos públicos. Se invierte en proyectos de bajísima o nula rentabilidad económica y social, los llamados elefantes blancos. Solo miremos lo que ha pasado con el proyecto del tren de carga y pasajeros entre Santa Marta y Cartagena: ya se gastaron 6 mil millones en el estudio de prefactibilidad y ahora quieren gastarse 60.000 millones en el estudio de factibilidad. ¡Qué horror! El tren nunca se hará, pues se calcula que vale 1,6 billones de dólares, pero se habrán feriado 66.000 millones. Con esos recursos se les podría dar el almuerzo a 47.000 estudiantes de colegio durante todo el año escolar. El otro problema enorme es la corrupción, que les resta eficacia a los gobiernos y que es un fenómeno de escala nacional.
"Hay dos áreas críticas en las que la región tiene serias deficiencias para superar su rezago: la principal es el bajo nivel de su capital humano; y la segunda es que los gobiernos locales son poco eficientes en el uso de los recursos públicos".
El caribe colombiano no solo tiene indicadores negativos, por el contrario, son muchas las fortalezas con las que históricamente hemos demostrado lo que podemos aportar en la construcción de la identidad nacional. Basta con mencionar la inmensa riqueza cultural que ha brotado de esta parte del país, que hoy es patrimonio de la nación y de la humanidad misma. El nombre de Colombia se ha hecho grande en figuras caribeñas como Gabriel García Márquez, Roberto Burgos Cantor, Álvaro Cepeda Samudio, Marvel Moreno, entre muchos de nuestros escritores destacados. Ni qué decir de la pintura de Alejandro Obregón, Cecilia Porras, Noé León, Enrique Grau, Norman Mejía, quienes modernizaron el arte en este país. Nuestra música popular, los vallenatos, la cumbia, los porros, las champetas, resuenan por toda la geografía de Colombia con ímpetu. El wayunaiki es la lengua indígena más ampliamente hablada a nivel nacional, y el sombrero vueltiao se ha consolidado como símbolo patrio. El Cóndor de Obregón preside el salón donde se reúnen los ministros y el presidente de la República; también un mural de Obregón está en el centro del Senado de Colombia.