Por Lucía Avendaño Gelves
egresada de Economía (2011) y del pregrado de Comunicación Social y Periodismo (2014). Actualmente es la coordinadora del programa Uninorte Social.
Karl C. Parrish Jr. ha sido una figura clave para nuestra trayectoria, desde la primera piedra de nuestra institución hasta la inspiración que generan su ejemplo y enseñanzas para la construcción constante del ADN Uninorteño. En esta nueva edición de la revista enContacto, Parrish regresa para contar ´de viva voz´ cómo percibe la Universidad del Norte de hoy, en su aniversario No.55.
Qué bueno es volver, qué grato es llegar y encontrar muchos de mis sueños aquí plasmados. Hace cincuenta y cinco años creamos esta universidad, con mucho optimismo y mucha ilusión, en una casa ubicada muy cerca de la famosa Avenida Colombia.
Al inicio, no sabíamos muy bien si queríamos un espacio para formar en oficios y labores técnicas, o una universidad integral de alta calidad. Por fortuna, hubo quienes apoyaron la segunda idea y nació Uninorte, con dos facultades, como las llamábamos en esos tiempos: Ingeniería y Administración y Finanzas.
Hoy, con 27 programas académicos de pregrado, 20 de ellos acreditados ante el Ministerio de Educación Nacional, y 61 especializaciones, 51 maestrías y 15 doctorados, siento que la tarea se ha venido cumpliendo con los mismos valores con la que soñamos esta Universidad hace más de cinco décadas.
Celebro, con ustedes, cada día de trabajo arduo por seguir creciendo, y celebro, también, por los 10 años del programa de Arquitectura, los 20 años de los programas de Economía y Relaciones Internacionales –respectivamente- y los 50, de Psicología, que fue uno de los primeros en nuestra historia y con el que empezamos a trazar un camino en el abordaje de las Humanidades y las Ciencias Sociales en Barranquilla y el Caribe.
La celebración es extensa, este 2021, verdaderamente: Nuestro Consultorio Jurídico cumple 35 años y 30 años, el Centro de Conciliación. El Grupo Folclórico, que ha apalancado nuestra cultura a niveles nacional e internacional, llega a sus 35 años. La Cátedra Barranquilla registra sus primeros 25 años y el doctorado en Comunicación, sus primeros 10. El Instituto de Altos Estudios Sociales y Culturales de América y el Caribe llega a su primera década de vida y el Centro de Pensamiento UnCaribe, a su primer lustro. No se me puede olvidar nuestra querida perla del Caribe, Santa Marta, que le abrió las puertas a nuestros programas de Extensión hace 15 años.
Entre edificios, salones, campos deportivos, sigue firme ese roble amarillo, que nos recuerda la templanza de estos años, para sortear los avatares de vida y los desafíos que traen consigo las nuevas generaciones. Conocerlas y comprenderlas ha sido un reto diario y una meta constante.
Vuelvo en un periodo convulsionado para el mundo. Veo a todos con tapabocas, distantes y muchas veces preocupados por lo que vendrá, pero también los veo convencidos de las oportunidades que este tiempo nos está mostrando para aprovecharlas de primeros, ¡sí sabremos nosotros de eso en Uninorte, donde el liderazgo es la consigna!
Me alegra ver una universidad en la que las mujeres juegan un papel importante. Desde siempre pensamos que esta institución tenía que ser para todos, y agradecimos que los padres de familia, desde el primer día, confiaron en que este era el mejor lugar para sus hijos y también para sus hijas. Saber que más del 50% de nuestro cuerpo estudiantil está integrado por mujeres me llena de satisfacción.
Veo las oficinas con poca gente, pero sé que se están cuidando. Si algo sabíamos, desde el inicio, era que el apoyo mutuo era clave para echar a andar este barco. En todo caso, me he enterado que estamos, siempre, en los primeros lugares de las mejores compañías para trabajar en Colombia. Como empresario, sabía que Uninorte tenía que ser un buen lugar para quienes venían a estudiar, pero también para quienes llegaban a ofrecer su talento.
Mis ojos no han dejado de admirar ese gran edificio nuevo, la Casa de Estudio Alfredo Correa de Andréis, en honor a ese gran profesor que hizo parte de nuestras aulas y cuyo legado de libertad y pensamiento crítico quedará siempre en nuestra historia. Así queremos a nuestros egresados: agudos, sensibles, humanos y con un gran sentido de compromiso por lo social. Valores que nos representan, a Alfredo y a esta casa.
Y, si de egresados se trata, me alegra mucho saber que cada vez regresan más a seguir formándose aquí, con nosotros. He sabido, recientemente, de la Beca Julio Muvdi, en honor a ese gran compañero de luchas, al primer rector de esta Universidad. A través de esta beca, 110 de nuestros egresados serán beneficiados para que inicien estudios de posgrado.
Qué bueno ha sido llegar a estos 55 años, cuántos regalos hemos recibido en este nuevo cumpleaños. Sin embargo, las celebraciones no paran aquí. Será todo un año de eventos y actividades. En septiembre, por ejemplo, estaremos conversando sobre mi trabajo en esta región, a la que le debo mucho y le estaré eternamente agradecido. Los invito a revisar la página web dedicada a este aniversario, para que podamos disfrutar de todo lo que ha sido preparado con tanto esmero.
Fueron años de trabajo duro. Llegué aquí con tan solo 6 meses de edad. Iba y volvía a los Estados Unidos y cuando me gradué como ingeniero civil de la Universidad de Yale, llegué a Barranquilla, ahora sí, para darle todo mi esfuerzo a la empresa familiar Parrish y compañía.
Como familia empresaria estuvimos presentes en grandes proyectos que, sin duda alguna, dejaron una huella indeleble en el crecimiento de Barranquilla, especialmente, desde su infraestructura. La primera mitad del siglo XX fue un tiempo maravilloso, en en el que vimos cómo nuestras ideas, con las de muchos otros grandes personajes de la ciudad y la región, iban quedando marcadas en obras como el Hotel El Prado, la Zona Franca, el Terminal Marítimo, el Acueducto de Las Flores, entre otras.
Con humildad confieso que me llena de orgullo ver mi nombre en la biblioteca de esta universidad. Nada más y nada menos. En un espacio donde se gestan las ideas y confluyen los pensamientos de tantos y tantas que han dedicado su vida a la generación de conocimiento.
Como le dije a un grupo de estudiantes en 1976: “Las buenas ideas se imponen. Pero hay que estudiar y analizar los problemas en forma técnica y razonada, para lo cual precisamente están ustedes preparándose en Uninorte. Con base en soluciones prácticas y una gran dosis de dedicación y terquedad (una virtud no suficientemente respetada en nuestro ambiente), les aseguro que vencerán”.
Esas palabras siguen vigentes. No me he ido, ni me iré. Mucho menos ahora, cuando me han dedicado una escultura. Ahora estoy allí, con ustedes. Hace 55 años, nuestro capital más grande era la confianza que depositaban en nuestro proyecto, un proyecto líder y cargado de mucha proyección. Hoy, el compromiso es mayor porque la confianza sigue intacta, quizá mucho más que antes.
Por eso, ahora quiero -más que nunca- que sigan confiando en nosotros y mucho más en ustedes. Esta casa enseña a triunfar porque escribe su historia, a través de las historias de quienes confían en ella.