El responsable de interactuar con los proveedores de servicios en América Latina y el Caribe en representación de la reconocida firma internacional Infinera, egresó del programa de Ingeniería Electrónica en 2007. En esta ocasión, le contó su historia a la Revista EnContacto con total agradecimiento por todo lo recibido en esta casa que enseña a triunfar.

Como “un costeño orgulloso” se define Andrés Madero. Lo dice con una sonrisa que lo llena  de alegría. Andrés nos atiende de manera virtual, desde el estudio de su casa en Estados Unidos y manifiesta que siempre ha querido devolverle a Uninorte todo lo que aprendió durante esos años de trasnochos, dedicación, constancia y una visión inquebrantable por ‘respirar’ tecnología cada segundo.

Su carrera profesional inició en Barranquilla, en la reconocida organización Promitel S.A. Sin embargo, una llamada cambió el rumbo. El egresado relata que fue contactado por la empresa china Raisecom para invitarlo a una entrevista en Medellín. Nunca le hablaron de tiquetes, ni gastos de viaje. Lo conversó con su padre, quien lo animó a ir diciéndole: “Esto es solo una prueba”. Al llegar, no solo lo esperaba un sobre con cada peso invertido para acudir a la cita, sino un representante que lo recibió expresando: “Yo hice parte del grupo que fundó el internet”. No lo podía creer, era un sueño cumplido solo por el hecho de estar allí. “Mientras lo escuchaba me sentía cada vez más pequeño”, destaca entre risas.

Se quedó con la vacante y permaneció seis años, tras haber terminado su MBA online lo que no era muy popular en el momento. “Podía aplicar mi lado de negocios con mi lado tecnológico y en ese momento, con esas dos cosas, entré a formar empresa”, menciona y agrega que “tenía un equipo, empecé a contratar gente, y las primeras personas que contraté venían de la Universidad del Norte”.

Con un equipo robusto de ingenieros, empezó a formar los primeros laboratorios que lideró en Estados Unidos. “Yo fundé 3 laboratorios y llegué a ser vicepresidente de Ingeniería y Desarrollo de Negocios para Latinoamérica y Estados Unidos”, destaca. No obstante, en ese momento, llega una poderosa razón a su vida: el nacimiento de su hija Francesca, quien hoy tiene 9 años y que lo necesitaba. El trabajo lo comprometía a viajar el 70% del tiempo.

Es ahí cuando aterriza la propuesta de Infinera, en 2016. Andrés es el responsable de interactuar con los proveedores de servicios en la región, brindándoles una perspectiva única sobre las tendencias de la industria, al tiempo que demuestra el valor comercial del portafolio de soluciones de red de vanguardia de Infinera que abarcan el transporte de larga distancia, submarino, interconexión de centros de datos y transporte metropolitano. 

“Soy uno de los CTO (Chief Technical Officer) para Latinoamérica, en una de las empresas que se ubica en el Top 5 del mundo, y vine de Barranquilla, vine de Uninorte, viene de ahí, de El Pueblito, donde me comía mi dedito y mi gaseosa, vengo de ese mundo y estoy ahora en el Silicon Valley, en la ‘crema y nata’ de toda la tecnología del planeta hablándome con los operadores más importantes”, manifiesta con emoción.

En ese camino, no solo llega su segundo hijo, sino el premio como uno de los 50 ejecutivos más destacados de tecnología en Latinoamérica por parte de HITEC50, organización que destaca -a nivel mundial- el liderazgo de altos ejecutivos de negocios y tecnología que han desarrollado carreras sobresalientes en esos ámbitos.

Este egresado, como él mismo lo relata, tiene “dos sombreros más”: Se desempeña como Copresidente de MEF y como Cluster Lead de ONF para Latinoamérica. Cuenta con orgullo, dice que tanto sus padres como su esposa son uninorteños y menciona que se complace cuando comparte espacios con los jóvenes de hoy, que lo cuestionan todo, que se preguntan todo, que miran de qué otras maneras se pueden realizar los procesos, porque -justamente- le recuerdan a ese estudiante que caminaba por los pasillos de Uninorte, queriendo conocer más y más de un mundo de tecnología que apenas despuntaba. En su equipo cuenta con ingenieros jóvenes y creativos, que -más que aprender a conocer cómo funciona una máquina o un proceso- se dedican a deconstruirlo para mejorarlo.

“¿Qué extraño de Barranquilla? ¡Los corozos!”, advierte en medio de una carcajada y retoma: “pensar cuál es mi sello Uninorte es una pregunta existencial, pero para mí es seguir teniendo la curiosidad de haber sido estudiante, pero con la formación académica que me brindó la universidad, hoy soy más curioso de lo que era cuando salí de de la universidad y ese pensamiento crítico es difícil de encontrar en todas las instituciones”. Así terminó un diálogo marcado por la convicción de que la alegría Caribe, el trabajo arduo y la disciplina traspasan fronteras.