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Campaña por la dignidad de la persona con problemas mentales

comprender los trastornos mentales sin estigmas como fenómenos sociales

Por: Ma Eugenia Reátiga H. Psicóloga clínica Universidad Complutense de Madrid

Conviene empezar por delinear el concepto de salud mental, un concepto complejo que depende de la perspectiva con que se mire, perspectiva que a su vez se haya inserta en un marco epistemológico que lejos de ser neutral, es marcado por los intereses y presiones del contexto.

La OMS nos dice que la salud mental no sólo es ausencia de problemas o afecciones, sino también presencia real de rasgos en la personalidad que hacen la vida individual mejor, más humana y digna , un estado de bienestar tal, en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. Le agregaría a lo dicho por la OMS, es capaz de conocerse a sí mismo cada día más, de construir vínculos reales y enriquecedores cada día más y de aprender cada día más. Es un proceso.

Es claro, me parece, que es posible, no caer en ninguno de los cuadros señalados por los DSM y sin embargo no gozar de esos rasgos que hacen que la vida sea más humana y digna.

A su vez, pasa lo contrario: personas con las llamadas “afecciones mentales”, que no obstante brillaron desde el punto de vista humano y asumieron su condición de dificultad y adversidad personal. Quizá tenemos que cambiar el paradigma y empezar a pensar que lo que nos hace mejores como humanos no es la presencia o ausencia de trastornos, mucho menos de sufrimiento, sino que tan cerca estamos de esa gran utopía o ideal de conocernos mejor y estar a la altura de nuestras circunstancias y condiciones.

En general el mundo entero está sufriendo mucho, sufriendo sin sentido. Los problemas por depresión, ansiedad nos superan : de acuerdo con el último boletín de Medicina Legal, entre enero y julio de 2023 se han incrementado en un 15,73% la tasa de suicidios en Colombia, con respecto al mismo periodo de 2022. Pasando de 1.564 en el año anterior a 1.810 en este año. Se observa una mayor cantidad de casos entre la población en la etapa de juventud, entre los 18 y los 28 años, edad de mayor riesgo a la depresión , toda vez que representa el período de la vida en el que se deben cumplir las expectativas tanto sociales como consigo mismo. La llamada personalidad limítrofe y problemas de bipolaridad igual muestran tendencia al aumento. No sorprende, dados los tiempos de competencia extrema, de productividad centrada en el resultado económico e inmediato, de mentalidad efectista, de mentiras fabricadas, de odios racionalizados y principalmente de soledad y orfandad que caracterizan nuestros tiempos. En concreto, de falta de oportunidades, de desigualdad en el acceso a una educación y salud de calidad, en ser objeto de discriminación, en servicios públicos maltratadores, etc

Colombia además, no ha superado la cultura de violencia de antaño y es que ésta no sólo política, atraviesa la vida cotidiana también.. Los resultados del estudio realizado en Colombia para la validación del Inventario de Experiencias traumáticas en la infancia (ETI-SR,Col)(Early Trauma inventory), señala que el 98.7% de los participantes indica haber tenido al menos una experiencia traumática en su infancia. Es un índice muy alto, comparado con el de otros países: En Estados Unidos es cercano al 67%; en Israel, 84%.

Este dato permite pensar que las experiencias traumáticas en la infancia en nuestro país son muy comunes y junto con un indicador económico supremamente importante sobre desarrollo humano y desigualdad social de una nación , el indicador GINI , que en Colombia fue en el año 2022 igual 0,4609 – para las Naciones Unidas un coeficiente de Gini superior a 0,40 es alarmante, ya que esto indica una realidad de polarización y conflicto entre ricos y pobres, caldo de cultivo para el descontento y la violencia- obligan a pensar en la sociedad que estamos construyendo y viviendo.

Un mundo no sólo más duro, sino también menos ocupado en preparar al joven para la verdadera fortaleza que es educar para el autoconocimiento, el amor, la empatía, la sabiduría , la importancia de la verdad, el uso de la razón y la crítica…

Las dificultades mentales significan un fenómeno complejo, en el que intervienen múltiples factores, tanto biológicos como sociales. El ser humano es uno, su biología está sujeta a factores y tensiones del contexto, del mismo modo, la disposición biológica determinarán el grado de vulnerabilidad a las presiones del contexto.

El contexto es decisivo: no sólo puede movilizar la alteración en una persona por disposición frágil; puede alterar la biología de la persona que no vino frágil y la Epigenética ha revelado mucho en este sentido¡. También puede fortalecer a un individuo por disposición vulnerable. Los problemas mentales entonces, no son enfermedades y la noción de “enfermedad mental” es una noción que al estar sustentada en lo orgánico, naturaliza y reduce el problema mental a un asunto exclusivamente orgánico, desconociendo la importancia del contexto.. Además, pareciera que resulta más cómodo para todos, tanto para profesionales y afectados verlo así, como un asunto físico simplemente, pues implica -el “tomar una medicación” sencillamente -que de manera “rápida y sencilla” resolverá el problema¡.

Sin duda la medicación ha aportado beneficios inmensos en el manejo de problemas mentales, pero la importancia de la posibilidad de hacer frente y trabajar en los problemas humanos profundos, en las heridas que han dejado las experiencias de vida, que han sido psicológizadas y están implicadas en toda alteración mental es imprescindible para crecer y llevar una vida no desde el trauma y desde la marca que dejó el dolor sufrido, ha sido puesta en evidencia científicamente. No somos sistemas nerviosos reaccionando a estímulos. Todo está mediado por los significados e interpretaciones que demos frente al mundo exterior. “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él” dijo bien Sartre. La importancia de reinterpretar la historia es decisiva para superar y crecer cuando se sufren problemas problemas mentales.

Los problemas y las dificultades mentales son en gran medida la forma como se sobrevive a un contexto amenazante. Reconocer el valor del contexto en la aparición de problemas mentales , significa preguntarnos por el mundo que vivimos: qué tanto estamos cumpliéndole a los jóvenes, que tanto es verdad lo que promovemos..? Que tanto es verdad todo lo que aparece? Para qué vivimos? Qué buscamos realmente? Logramos conocernos a nosotros mismos?? Significa hablar más y mirarnos más a nosostros mismos! Estar en contacto con nuestras emociones y sentimientos, punto de partida de nuestro crecimiento personal.

Promover la salud mental es complejo y sencillo a la vez y como haciendo alusión a una sabida frase de J. Prévert que dice que “El amor es simple, lo difícil es ser simple”, para promover la salud mental es bueno poder hablar y comunicarte y tener con quien hacerlo, escuchar, observar al otro, construir buenos vínculos, recíprocos, simétricos, acompañadas de intimidad emocional. Promover la salud mental es construir apegos seguros en el primer año de vida y durante la infancia, es educar para la empatía y la solidaridad , para la independencia mental ,el pensamiento crítico, la independencia y la democracia, aprender a verte a ti mismo en el rostro del otro..

En Colombia, antes de la pandemia, sólo el 37% de las personas que sufren problemas mentales piden ayuda! El restante no lo hace por temor y prejuicio. (Gonzalez, Peñaloza, Matallana, Gil, Gómez-Restrepo, Vega,2016 “Factores que determinan el acceso a servicios de salud mental de la población adulta en Colombia”. Revista Colombiana de Psiquiatría.) Ni a la persona que los sufre, ni a sus familiares, ni a la sociedad le es fácil aceptar que existen trastornos mentales. Quizá por ello no se pide ayuda, temen al estigma, quizá por ello a las familias les cuesta aceptar que hay que hablar del problema , quizá por ello luego el que decide asumir su dificultad teme ser estigmatizado en su lugar de trabajo. El estigma empeora las cosas definitivamente.

Se hace necesario, imperativo pensar el mundo que hemos creado y estamos viviendo, el ser humano que estamos formando, los valores y principios que nos mueven como punto de partida para soñar con un mundo mejor, más sano, más vital-donde la gente no termine muriendo de miedo o rindiéndose con la depresión- más amable y real. No es nada fácil.

Buscamos propiciar la reflexión en torno al tema, con la esperanza de promover una cultura más incluyente, invitándolo a compartir esta mirada y ser de aquellas personas que consideran que los seres humanos solo pueden florecer en un contexto de seguridad y cuidado, que las personas con alteraciones pueden crecer y llevar una vida digna y de calidad , si el ambiente lo promueve.