La líder de la Fundación para el Desarrollo Social y de la Mujer Caribe, de Santa Lucía, nos cuenta cómo ha sido la experiencia de la entidad,desde hace 7 años, en un territorio en el que las mujeres son el 50% de la población pero carecen de acceso a diversos aspectos de su calidad de vida. En este Día Internacional de la Mujer, tenemos una voz especial desde la orilla del Canal del Dique.
Una fundación dedicada al empoderamiento femenino en un municipio que se ‘sube’ a las primeras páginas de los diarios no precisamente por la calidad de vida de las mujeres, es como encontrar agua en el desierto. Fudemca es eso: un oasis, un refugio, un lugar para ser, una comunidad para hacer. Uninorte Social viene trabajando con este grupo maravilloso de mujeres que enseñan y se enseñan entre ellas a ser mujer, en medio de un entorno lleno de complejidades y, al mismo tiempo, de oportunidades.
En esta ocasión, Uninorte Social entrevistó a Clarena Troncoso, lideresa de la Fundación, quien contó cómo percibe a sus pares en el municipio, desde lo que sienten, lo que piensan y lo que necesitan. Una mujer que inspira a más de una (y más de uno).
Mi nombre es Clarena Troncoso, soy psicóloga con Maestría en Desarrollo Social de la Universidad del Norte. Pertenezco al área directiva de Fudemca hace 7 años. Fudemca, Fundación para el Desarrollo Social y la Mujer Caribe. Como su nombre lo indica, nuestro trabajo está centrado en la mujer, sobre todo la mujer rural. Esta fundación está ubicada en el municipio de Santa Lucía, que está al sur del Atlántico. ¿Cómo es el día habitual de una mujer rural, en Santa Lucía? La mujer rural de Santa Lucía es una mujer llena de coraje, porque sin tener herramientas laborales y en muchos casos, sin conocer sus derechos, aún así ella sale adelante trabajando a través de los bollos, o a través de el pescado o trasladándose al casco urbano para vender los productos agrícolas. Entonces, sin tener las bases, sin tener las herramientas académicas, las herramientas laborales, ella sale cara a a buscar el sustento, del sustento diario.
Lo primero que hizo fue empoderarlas en sus derechos, porque si ella se reconocía a sí misma, ella sabía a qué tenía derecho, era la única manera en la que pudiera salir a capacitarse, salir a arreglarse en los cursos de belleza, sentirse con el derecho a asistir a un curso, a liderar procesos políticos incluso. Fudemca empezó, en 2015, como una escuela de empoderamiento rural, que básicamente lo que hacía era darles a conocer sus derechos a través del conocimiento de la Ley y visibilizándolos a través de cuatro años activos de una carrera mostrándoles todos los derechos que le asisten a la mujer. Muchas se lanzaron a concejales, a las juntas de acción comunal, y a capacitarse en general, y a raíz de esto disminuyeron las denuncias de maltrato y diferentes violencias en la Comisaría de Familia. Todo fue así: Haciendo a las mujeres conocedoras de sus derechos y capacitándolas en liderazgo.
Hay una brecha digital enorme. Mientras la mujer del casco urbano y de los municipios más cercanos a la ciudad tienen manejo de la tecnología, aquí todavía no hay acercamiento a la tecnología. Debemos unirnos para llevarles capacitación en tecnología y herramientas. Como el municipio está tan lejos, ellas pueden acercarse al mundo y tener más contacto con la actualidad. Mantenerse a tono con todo lo que ocurre. Tenemos que llevarles más empleo, más tecnología y seguir insistiendo en el tratamiento de las diferentes violencias.
¿Qué les dices a las mujeres del municipio en el Día Internacional de la Mujer?
Que son valiosas, porque a pesar de no tener el acceso, lo han hecho empíricamente y lo han hecho con la valentía que le da sostener a sus hijos.