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Recordamos a Jack Ramírez Comas (q.e.p.d.) y lo que nos enseñó su vida
Egresado de Ingeniería Mecánica en 2022, fue un estudiante sobresaliente, alegre, comprometido y dedicado con sus estudios. Como institución, rendimos homenaje a su memoria y nos unimos en el sentimiento de pérdida de su familia.
Por: Jesús Anturi
07 nov 2023
Jack Ramírez Comas era un joven ingeniero mecánico, egresado de la Universidad del Norte, que cumplía con su parte. Tenía 23 años, se había graduado en abril de 2022, y empezaba a dar sus primeros pininos para forjar una carrera profesional de éxito. Lo hacía con el mismo compromiso que lo había caracterizado desde que era estudiante en el Nuevo Colegio El Prado, en Barranquilla. Su desempeño académico le valió para ser beneficiario de la Beca Orgullo Caribe en la universidad. Allí también cumplió con su parte: se mantuvo como estudiante distinguido y disfrutó la vida universitaria en todos los aspectos.
El pasado jueves, 2 de noviembre, su vida se apagó. Se la arrebataron en un segundo de esos que se hacen eternos por el dolor que provocan en la memoria colectiva. Dicen, quienes fueron sus compañeros en los salones de clases de la universidad, que Jack no dejaba de sonreír, que su alegría era un sello y su actitud, la fórmula secreta para sacar adelante sus proyectos. También hablan del amigo, del buen amigo que era, de su disposición y entrega para ayudar a los demás. Sí, Jack cumplía con su parte. A su modo, lograba que el mundo fuera mejor para quienes lo rodeaban.
Sus profesores lo describen como un estudiante dedicado, que no solo podía destacar con las mejores notas en sus parciales, sino también por su capacidad para analizar los problemas. “Recuerdo que Jack tenía siempre esa actitud de seguimiento y análisis durante las clases, con su mirada y atención. Calladamente, dejaba entrever con sus expresiones el efecto que mis explicaciones causaban en él; ese feedback silencioso que muchas veces hace que los profesores ajustemos o ahondemos un poco más en nuestras explicaciones a partir del efecto sentido que vemos reflejado en la audiencia”, dice Humberto Gómez, profesor de Ingeniería Mecánica.
Jack era un joven excepcional tanto en el ámbito académico como en el deportivo. Su actitud positiva hacia el aprendizaje, sus aportes en clase y su participación en actividades deportivas demostraron su compromiso y su capacidad para destacarse en diversas áreas"
Julián Yepes, profesor de Ingeniería Mecánica.
Era un joven reservado, pero con ideas inteligentes, que evidenciaba el conocimiento que tenía de los temas que hablaba. Un buen estudiante, diría cualquiera de sus compañeros de clases. Pero Jack era más que eso en la universidad. Sus amigos y allegados le admiraban su perfil como deportista destacado. Ya no era sorpresa que fuera capaz de lograr un tercer puesto en unas olimpiadas de matemáticas, al tiempo que ganaba una medalla de bronce en una competencia de Taekwondo o que hiciera parte de la selección de tenis de la universidad.
Julián Yépez, profesor de Ingeniería Mecánica, quien le dictó tres asignaturas a Jack durante su periodo como estudiante de Uninorte, lo recuerda por mostrar una actitud ejemplar hacia el aprendizaje. Lo identifica por su dedicación y compromiso con los estudios, por sus entregas de trabajos a tiempo, por su esfuerzo para obtener buenos resultados, por su capacidad para resolver problemas de manera creativa y por su habilidad para trabajar en equipo.
“Siempre estaba dispuesto a participar en clase y sus aportes eran valiosos, ya que siempre lograban enriquecer las discusiones y el conocimiento de sus compañeros. Su entusiasmo por aprender era contagioso y motivaba a los demás a esforzarse más”, agrega el profesor Julián.
Definitivamente, Jack cumplía con su parte. Lo hacía a tope. Vivió, se esforzó y se convirtió en ejemplo para otros. No porque haya triunfado en exceso, sino porque su vida, su corta vida, hoy es motivo de inspiración para muchos otros como él que cada día se levantan con la esperanza y la convicción de que están haciendo lo correcto, de que el esfuerzo traerá recompensa, de que ni siquiera las malas noticias que llegan acabarán con el principio que rige la voluntad humana por reponerse y no desfallecer.
En esta universidad, la que fue su casa por cinco años, lo recordaremos como lo que fue: un uninorteño miembro de esta comunidad universitaria. La vida de Jack nos recuerda por qué seguimos haciendo lo que nos corresponde. Estamos seguros de que, si cumplimos con nuestra parte con el mismo entusiasmo de Jack, podremos aspirar a una sociedad mejor.
Como institución, nos unimos en el sentimiento de pérdida de la familia de Jack, en especial de su madre Zamara Comas y su padre Omar Mantilla, y pedimos a las autoridades no dejar impune un delito que atenta contra el futuro de todos como sociedad.