Una mirada al fenómeno de las ventas ambulantes en Latinoamérica

Las ventas ambulantes componen una parte importante del sector informal de las economías latinoamericanas, que en muchos países iguala o supera al formal. El DANE reportó que en el trimestre entre julio y septiembre, el 47,2 % de los colombianos en las 13 ciudades capitales principales estuvieron ocupados informalmente. En el caso de Perú, el Instituto Nacional de Estadística e Informática de ese país advirtió que la informalidad está cercana al 70 %. 

Ambos casos —junto a Kenia— fueron el objeto de una investigación en la que participaron Mario Giraldo Oliveros, del departamento de Mercadeo y Negocios Internacionales de la Universidad del Norte, y Luis García Tello, director del Service Research Center de la Universidad de Piura, en Lima. Ambos estuvieron invitados para hablar al respecto en la edición del 13 de noviembre de Ciencia a tu alcance, programa radial desarrollado por Uninorte FM Estéreo y Vokaribe Radio Comunitaria, conducido por Jair Vega, Mariela González y Walter Hernández. 

El estudio multicultural, en el que también participó la Universidad Estatal de Texas, permitió explorar cualitativamente la experiencia de vida y trabajo de comerciantes informales dedicados a la venta ambulante. 

Con respecto a las ventas ambulantes, de acuerdo con Oliveros, en lugar de tomar partido en uno de los dos polos, ya sea en reprimirlas o impulsar esta actividad, el primer paso es comprender el fenómeno, que ya hace parte de nuestras economías. “Son personas que están buscando, antes que nada, sobrevivir, una oportunidad para trabajar de una manera honesta, legitimar su vida y consumo diario”, expresó. Estas cualidades fueron comunes en los tres países estudiados. 

No se trata solo de supervivencia, añadió Tello, pues son un fenómeno que también se presenta —en menor escala— en países desarrollados. Las ventas ambulantes también responden a ciertas necesidades que no se logran atender por los establecimientos formales. Por ejemplo, quioscos que venden frutas y jugos a personas que hacen ejercicio en un parque. “Están en el momento adecuado en el lugar adecuado, y eso es una característica de este tipo de actividades ambulatorias”, dijo. 

La solución del problema es compleja y no puede estar centrada en una sola política pública, pues los tipos de vendedores ambulantes son diversos e incluyen venta de servicios, alimentos, arte, etc. Sin embargo, los expertos señalaron que hay aspectos comunes como el apoyo en entrenamiento, la simplificación de los procesos de formalización y la creación de fondos y recursos a los que puedan acceder, que podrían mejorar la situación actual. 

Por Leonardo Carvajalino