Prospectiva energética en Colombia, una nueva matriz necesaria para reducir el cambio climático

En el marco de la Cátedra de Europa se desarrolló el conversatorio de Prospectiva Energética en Colombia para 2030, en donde se analizó la matriz energética del país junto a la nueva ruta de transformación energética nacional, que busca reducir las emisiones del carbono y la huella del cambió climático. El evento contó con expertos de Environmental Resources Management (ERM), la Mesa Más La Guajira ANDI, y del Centro Regional de Estudios de Energía (CREE).

La jornada desarrollada en salón 21K - Bloque K, empezó con la contextualización de la transición energética en Colombia que pasa por transformar y unificar la energía solar y eólica, para tener una mayor capacidad energética sin desgastar los recursos naturales renovables mediante la utilización de minerales fósiles, utilizados actualmente para la generación energética del territorio nacional.

           De izquierda a derecha: Luis Baquero, Alberto Vega y María Alzate.

La conferencia llamada ‘Planes energético, gobiernos y gremios’, contó con la participación de los panelistas Cristian Jaramillo, economista y exdirector de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME); María Claudia Alzate, ingeniera civil del Centro Regional de Estudios de Energía (CREE); Luis Guillermo Baquero, gerente de La Mesa Más La Guajira ANDI; y Alberto Vega, líder de ERM Environmental Resources Management, moderador del evento.

La sostenibilidad energética fue la temática principal que giró en torno a debatir las decisiones necesariasen el país de cara a 2035 en su matriz energética, en línea con la transición económica que reduzca la emisiones de carbono, pieza fundamental para lograr el objetivo de economía naranja en reducción del cambio climático.

El sector energético en Colombia corresponde a las actividades primarias de la economía, basadas en el aprovechamiento de las energías y de los recursos naturales no renovables. Esta matriz comprende todas las empresas y entidades relacionadas con las actividades de minería responsables de la producción eléctrica, y está conformado por los tres subsectores: energía eléctrica, minería e hidrocarburos. 

“El sector energético necesita un espacio articulador entre empresas del sector minero energético, la mayoría operan en La Guajira y trabajan con la minería, el gas y el petróleo de energías renovables. La idea se basa en formar estas empresas de energías renovables y que se unan para generar una nueva matriz de desarrollo energético que pueda vincular a todo el país, partiendo desde el lugar de esos recursos y que integre el sector minero, eólico e hidroeléctrico”, mencionó Luis Guillermo Baquero.

La transición energética en Colombia pasa por transformar la energía solar y eólica, para ser capaz de construir una solución ambiental sin desgastar los recursos naturales renovables mediante la utilización de minerales fósiles, que actualmente se utilizan en el país para la generación energética. El sector eléctrico nacional está mayormente dominado por generación de energía hidráulica y generación térmica, y actualmente es poco el potencial de las nuevas tecnologías en energía renovable, que son principalmente eólica, solar y biomasa, previstas para la nueva prospectiva energética de 2030.

María Claudia Alzate durante su intervención recordó que la transición energética parte de un proyecto a nivel mundial, por el compromiso del cambio climático. 

“Un gran trabajo que debe empezar por la política pública y regulación, con el objetivo de tratar el tema de la transición energética para determinar diferentes acuerdos del tipo de energía renovable que se va utilizar para el cambio de matriz en Colombia. Para ello se necesitan objetivos a corto, mediano y largo plazo, e identificar cómo cambiar drivers para la nueva política energética, donde hay que tener una energía que permita lograr las metas de descarbonización y luchar con el problema del cambio climático”, evocó.

De acuerdo con la experta, esa medida se puede aplicar a muchos ámbitos, los cuales pueden implicar decisiones del mercado, dejando a un lado la cobertura y el nivel de calidad de la energía, para invertir en cambiar los procesos de producción y lograr unos objetivos que satisfagan tanto a la oferta como a la demanda del sector energético.

Otro tema tratado fue la producción industrial, que utiliza combustibles fósiles para sus operaciones industriales o de manufactura integrada, en lugar de utilizar energía inofensiva como gas natural y energía eléctrica para ayudar a reducir las emisiones de carbono. “Se busca la manera de reemplazar gases industriales con una energía ecoamigable que logre disminuir las emisiones de carbono sin afectar los procesos de producción de las industrias en todos los sectores productivos”, explicó Baquero.

A su vez, el experto aclaró que el cambio energético debe darse de acuerdo a las particularidades de cada país. En esa línea, se debe realizar un enfoque de cuáles son los elementos que están afectando de manera abrupta el cambio climático a nivel global. Colombia ha pasado de ser un país dependiente de la exportación de petróleo y carbón, a ser uno que importa estos recursos para proveer energía a su población.

“Para el caso de Colombia es muy importante enfocarse en políticas públicas dirigidas a mejorar el uso del suelo, las prácticas ganaderas y agrícolas, además de compartir la degradación del medio ambiente. Por último, dejar claro que sin minería no hay transición energética, sobre todo haciendo hincapié en el tema de movilidad eléctrica, donde un carro eléctrico necesita mucho más minerales que un carro a combustibles fósiles. En general se tiene que combinar la transición de energía minera a energía eólica, ya que pueden combinarse perfectamente”, finalizó.

En Colombia se está haciendo la transición de energía renovable a gran escala en la matriz energética, los resultados a corto plazo son esperados para mediados de la próxima década.
 

Por Jordy Barrios