Investigación 'desentierra' el pasado de antiguos vertebrados en Sucre
Para los paleontólogos es bien sabido que el trópico no es el mejor lugar para encontrar fósiles en buen estado. Las altas temperaturas, las constantes lluvias y el crecimiento excesivo de la vegetación en estas zonas hacen que los sedimentos del suelo sean rápidamente alterados, evitando que los restos de fauna o flora milenaria se conserven.
Pero la zona rural de Morroa, municipio al noreste de Sucre, es un lugar particular en el Caribe colombiano que parece contradecir esta teoría: allí se encuentran formaciones rocosas capaces de preservar los restos petrificados de distintos organismos. Desde mayo de 2017, un grupo de expertos geólogos y paleontólogos de la Universidad del Norte han estado explorando la zona en compañía de sus estudiantes, y a la fecha han logrado desenterrar más de 300 muestras fósiles de vertebrados, así como numerosos fragmentos de estos, conservados en rocas sedimentarias.
Los científicos estiman que esta fauna fosilizada pertenece a la época del mioceno tardío, es decir, que pueden tener entre cuatro y siete millones de años de antigüedad. Entre los hallazgos se destacan los restos de primitivos perezosos terrestres, cocodrilos, chigüiros gigantes, caparazones de tortugas, vestigios de toxodontes (mamífero extinto) e incluso peces de agua dulce; lo que les da a pensar a los investigadores que la zona pudo albergar una gran corriente de agua en el pasado.
El paleontólogo Aldo Rincón, profesor del programa de Geología de Uninorte, explicó que el hallazgo de grandes mamíferos como el perezoso no es tan usual en Colombia, sino en países del cono sur como Argentina y Paraguay. Esto permitirá expandir las investigaciones sobre ellos.
“En el país no hay casi nada descrito sobre este vertebrado gigante, así que esto permitirá correr modelos sobre cómo se dispersaron y se movieron aquí, y entender cómo esta zona pudo ser parte del hábitat de estos mamíferos”, indicó Rincón.
Agregó que la razón por la que los hallazgos se pudieron dar en esta zona de Morroa es debido a un afloramiento rocoso conocido como la Formación Sincelejo, que ha preservado estos vertebrados a través del tiempo. Considera que además de la obtención de fósiles, estas investigaciones permiten “comprender mejor las formaciones geológicas del Caribe y el país”.
Lo que sigue en la investigación
Ahora que ha finalizado el trabajo de exploración y extracción de fósiles de la zona, estos serán próximamente enviados a un laboratorio en Villa de Leyva (Boyacá), donde serán “limpiados”, separando los restos de hueso de la tierra y las rocas. Una vez preparados, retornarán a la universidad para que los expertos puedan estudiarlos a profundidad, confirmar su edad cronológica y empezar trabajos de paleoecología. Esta última es una rama de la paleontología que, a través de distintas herramientas, busca conocer la relación de los animales fosilizados con su entorno.
“Por ejemplo, a futuro se podría extraer ADN de los fósiles de perezosos y compararlo con perezosos actuales para saber más de la relación entre ellos. O estudiar sus dientes para conocer qué comían”, detalló Rincón. Mencionó que otras técnicas de paleoecología también permitirían comparar estos organismos fosilizados de Morroa con los hallados por los investigadores de Uninorte hace dos años en la Alta Guajira, para establecer semejanzas y diferencias entre sus dietas y hábitats.
Destacó que desde el programa de Geología de Uninorte se busca avanzar con estudios para catalogar cada uno de los fósiles, y que a futuro toda la información sobre ellos esté disponible en una base de datos web. Actualmente los investigadores cuentan con el apoyo de científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), entre ellos el geólogo Carlos Jaramillo, quien en 2016 se convirtió en profesor honorario de la institución.
Por María Margarita Mendoza.
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