El triunfo estudiantil tras la ingeniería aplicada en el Rover Challenge
El equipo de Ingeniería Electrónica ganó la categoría Avanzada del Latin America Rover Innovation Challenge. Más allá del triunfo, los estudiantes aprendieron de los retos técnicos y logísticos, destacándose por su capacidad de innovación y trabajo en equipo.
Una de las competencias de robótica más avanzada de América Latina no solo puso a prueba en abril los conocimientos técnicos del equipo estudiantil de Ingeniería Electrónica de la Universidad del Norte, sino que les brindó una experiencia que va más allá de la simple victoria. Para los cinco estudiantes que representaron a Uninorte en el Latin America Rover Innovation Challenge 2024, organizado por el IEEE AESS Colombia, ganar la categoría Avanzada (Águilas) no fue solo un reconocimiento a su habilidad, sino la culminación de meses de esfuerzo, desafíos y aprendizaje personal.
Sebastián Andrés Lizarazo, uno de los miembros del equipo, describe la travesía como un reto integral que requirió mucho más que destrezas en robótica. "Haber ganado es, para mí, una forma de mostrar los conocimientos y habilidades que hemos adquirido en la universidad. Pero también fue una oportunidad de demostrar que cuando enfrentamos retos reales, estamos bien preparados. No solo por lo técnico, sino por la capacidad de adaptarnos, de gestionar recursos y sobrellevar obstáculos que no habíamos anticipado”, explica.
El equipo, compuesto por Jesús Ariza, Stephanie Morales, Jorge Ortega, Christopher Cabana y Lizarazo, no solo se destacó por el diseño de su rover, sino por la experiencia colaborativa que les permitió crecer en un entorno competitivo internacional. La competencia les exigió crear un vehículo capaz de enfrentar desafíos similares a los que experimentaría en misiones espaciales reales: explorar terrenos difíciles, recolectar datos climáticos y ambientales, y realizar tareas como la siembra simulada de semillas en un ambiente marciano.
Sin embargo, lo más difícil no fue construir el rover, sino asegurarse de que contaban con los recursos para hacerlo. Según Lizarazo, “El reto más grande fue obtener los recursos. Tuvimos que buscarlos por nuestra cuenta. Aunque recibimos apoyo, fue más bien de manera individual por parte de las personas, que nos ayudaron muchísimo”. Además de encargarse de la automatización del rover, Lizarazo también fue el project manager del equipo, responsable de gestionar el tiempo, los recursos, y de garantizar que el equipo pudiera participar en la competencia, incluyendo la logística de viaje y alojamiento.
El proyecto del rover presentado por el equipo de Uninorte sobresalió por su innovación y precisión. Su diseño incluía un sistema autónomo capaz de navegar por terrenos irregulares, sensores para medir condiciones ambientales y climáticas, y una herramienta robótica diseñada específicamente para cumplir con la tarea de sembrar tres semillas de maíz en el terreno simulado. Estas características le permitieron al equipo destacarse no solo en la parte técnica, sino también en su capacidad para resolver problemas de manera creativa y eficaz.
El equipo recuerda la experiencia como algo que los unió y los preparó para enfrentar los desafíos que vendrán en su carrera profesional. Lizarazo enfatiza que, aunque el trabajo fue arduo, ver los resultados fue increíblemente gratificante. “Fue retador, pero muy divertido y gratificante cuando vimos que nos fue tan bien. Al final, valió la pena todo el esfuerzo que hicimos”, añade.
De cara al futuro, los estudiantes están convencidos de que esta competencia fue solo el comienzo de lo que podrán lograr en su futuro profesional.
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