Palabras del rector Adolfo Meisel durante la ceremonia de reconocimiento a Pablo Gabriel Obregón
El viernes, 24 de marzo, el Consejo Directivo impusó Medalla Benefactor Insigne en la categoría Oro a quien desde el 2008 es su presidente. Estas son las palabras que leyó el rector de Uninorte en la ceremonia de imposición.
Muy buenos tardes:
Saludo a los miembros de nuestro Consejo Directivo, a su presidente, Pablo Gabriel Obregón, su esposa Helen y demás familiares y amigos, a los directivos de nuestra universidad y a todos los que nos acompañan.
Como sabemos el proyecto educativo de la Universidad del Norte fue una iniciativa de los empresarios más importantes de la Barranquilla de mediados de la década de 1960. Hoy es una institución que se destaca entre las mejores universidades del país por la calidad de sus egresados, así como por las investigaciones y publicaciones de la excelente nómina de profesores, casi todos ellos con doctorados y maestrías.
Paradójicamente, en la época en que surgió la Universidad del Norte, Barranquilla estaba inmersa en una profunda crisis económica, producto de la pérdida de su liderazgo portuario. Todo ello repercutió en el estancamiento de su industria y, como resultado, en el deterioro de su vida política, lo cual perjudicó de manera palpable la calidad de sus servicios públicos.
Cabe preguntarse, por lo tanto, ¿cómo fue posible que la Universidad del Norte prosperara en medio de una inmensa crisis que duró por lo menos hasta comienzos del siglo XXI? Pienso que hay, como siempre, múltiples factores explicativos, pero destaco uno en particular: la continuidad de los miembros de su Consejo Directivo, que durante todos estos años ha mantenido vivo el sueño de los fundadores.
Esto se refleja en que a lo largo de los 57 años de historia de Uninorte su Consejo Directivo solo ha tenido tres presidentes: Karl C. Parrish junior, el promotor de este proyecto, desde 1966 hasta 1980; Álvaro Jaramillo Vengoechea, desde 1980 hasta 2008; y Pablo Gabriel Obregón, desde el 2008 hasta el presente. Todos tres empresarios barranquilleros destacados y con un profundo amor por esta universidad.
Para mí es un honor, dirigirme a ustedes en el día de hoy para reconocer la labor de Pablo Gabriel Obregón como miembro del Consejo Directivo de la Universidad del Norte durante 40 años, es decir, durante el 70 % de los años de existencia de esta institución y durante el 58 % de su propia vida.
Como historiador económico, quiero resaltar que Pablo pertenece a una de las familias empresariales más ilustres del Caribe colombiano. Los Obregón se radicaron en Santa Marta en el siglo XVIII, donde se dedicaron con éxito al comercio. Uno de los miembros de esa familia, Evaristo Obregón Diaz Granados, se radicó en Barranquilla; donde prosperó en el comercio de exportación e importación.
Sus hijos fundaron, en 1910, la Fábrica de Tejidos Obregón. Esta fue la primera gran textilera del país, que entre 1910 y comienzos de la década de 1930 fue la más grande de todas. Con el advenimiento del modelo por sustitución de importaciones, sus ventajas comparativas desaparecieron y entró en un declive que llevó a su cierre en 1957.
Resultaría divertido contarles, si los estereotipos que hay sobre los costeños no fueran tan perjudiciales, que en la historiografía colombiana había hecho carrera la idea de que el origen de la crisis de la Fábrica de Tejidos Obregón fue que los hijos de Evaristo Obregón Diaz Granados, a diferencia de su padre, descuidaron el negocio y dejaron de invertir en tecnología cuando murió el padre. Ni lo uno, ni lo otro. Evaristo Obregón Diaz Granados murió en 1909, es decir antes de la fundación de la empresa. Durante más de dos décadas, sus hijos, ingenieros formados en Inglaterra, la operaron con éxito, y como he documentado en un artículo sobre el tema, invirtieron en las últimas tecnologías de la época y siguiendo el día a día de la marcha de los negocios.
Por el lado de su madre, también desciende Pablo Obregón Santo Domingo de familias muy conocidas en la historia empresarial de nuestra región y el país, los Pumarejo y los Santo Domingo. Cabe recordar, porque estamos en el edificio que lleva su nombre, que su abuelo Mario Santo Domingo fue uno de los promotores y donantes principales de esta universidad. Así mismo, que la Fundación Santo Domingo forma parte de las instituciones fundadoras de Uninorte.
Me he referido a los orígenes familiares de Pablo Gabriel para resaltar la sólida tradición empresarial del Caribe colombiano, la cual no corresponde con las visiones simplistas que sobre el tema a menudo encontramos, incluso entre los científicos sociales, en el interior del país.
Desde que conocí a Pablo Gabriel Obregón, hace muchos años, siempre me ha llamado la atención sus buenas maneras, sin afectación, siempre directo, alegre y cordial. Destacaría que su manejo del Consejo Directivo lo realiza con facilidad para afrontar cada tema y situaciones difíciles. Pablo lo hace parecer como algo que no requiere esfuerzo, lo que los italianos del Renacimiento llamaban sprezzatura.
El actual presidente de nuestro consejo directivo ha ejercido durante años un liderazgo desinteresado por Barranquilla y el Caribe colombiano. Nadie puede dudar de su esencia Caribe, su amor por el mar, el carnaval, su conocimiento de nuestro medio ambiente, cultura y su talante jovial. A estas alturas de mi vida lo que más valoro en un ser humano es que sea buena persona. Pablo lo es, por eso pido que le demos un aplauso de profundo agradecimiento.
Muchas gracias.
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