La tradición y la memoria en la vida de Giuseppe Caputo

“Un diálogo con la tradición y con la memoria personal” fue la expresión con la que Giuseppe Caputo definió tanto a la trama de su libro Un Mundo Huérfano, como a la de todos los libros existentes en el mundo.

Este barranquillero con descendencia italiana participó el 30 de septiembre en una nueva edición de “La narrativa se toma el campus”, dónde compartió su experiencia en la escritura y detalles de su libro con Cesar Mora, joven escritor y egresado de la Universidad del Norte, quien a sus 22 años se ha destacado en muchos festivales del país y fue ganador del V Premio Nacional de Novela Corta, que hace parte del Taller Caminantes Creativos.

Un Mundo Huérfano es la primera novela del escritor. En ella el lector se sumerge en un hogar abandonado y vulnerable, donde se experimenta el amor en medio de la escasez, la pobreza y la solidaridad que comparten los solitarios y desposeídos.

Familiares, colegas, profesores, colaboradores y estudiantes disfrutaron de su intervención. Gracias a la entrevista realizada por Cesar Mora, conocimos más de cerca a Caputo.

En conversación con Cesar Mora:

¿Cómo fue tu primer acercamiento con la literatura?

Yo era un niño muy enfermizo desde que era chiquito y me tocaba capar colegios muchas veces, porque me daban unos ataques de asma muy severos. Entonces en mi casa había una biblioteca para niños de clásicos ilustrados y yo empecé a leer. Siento que el paso de la lectura a la escritura se da muy fácilmente, porque cuando uno ve algo muy bello solo queremos reproducirlo y crearlo.

¿Cuál es la diferencia entre finalizar una obra y publicar?

Muchas veces los verbos de escribir y publicar se utilizan como sinónimos y mi aproximación a esto es muy pragmática y sencilla. Uno no vive de escribir libros ni de publicarlos. Mi interés es entregar el mejor libro posible. No tengo ningún afán.

¿Cómo surgió la idea de narrar la historia de Un Mundo Huérfano?

La historia de esa novela es la de un papá y un hijo que están pasando por una situación económica muy difícil, que viven en una ciudad imaginada y muy cerca del mar. Este mar les deja a ellos regalos, ofrendas, sartenes, lámparas, entre otros.

Para mí, el mar es Dios como el dador, pero también es la ausencia de Dios porque a veces el mar no les deja nada a estos protagonistas. A lo largo de la novela, ellos van viendo cómo salen de la situación económica. Esa sería la trama. Como todos los libros siento que son un diálogo con la tradición y con la memoria personal.

¿Cuánto tiempo demoraste escribiendo el libro?

Dos años. Fue publicado en 2016.

¿Cuál crees que es tu compromiso político como escritor?

Yo no hago militancia desde la literatura, pero pienso que esta siempre es política.

¿Cuál sería tu recomendación para que la comunidad se acerque a la literatura?

Siento que no hay que forzarse a leer algo que uno no quiere. Siempre va a ver un libro para uno. Lo que uno tiene que ver es cuál es la pasión que uno quiere alimentar y buscar libros que alimenten esa pasión.

¿Algún amor literario?

Juan José Saer, pero entre mis escritores favoritos se encuentran: Cesar Vallejo, Antonio Cisneros, Blanca Varela, Severo Sarduy, Herta Müller.

Trayectoria

Estudió Periodismo en la Universidad de la Sabana y Literatura en la Universidad de Barcelona. Es Máster en Finas Artes de la Universidad de Nueva York y especialista en Estudios Queer y de Género de la Universidad de Iowa.

Colabora con el diario El Tiempo (Bogotá), donde alimenta el blog 'Monstruos' y con la revista Arcadia.

Entre 2007 y 2010 trabajó como director de comunicaciones de la editorial Alfaguara en Bogotá. Ha escrito y publicado tres colecciones de poesía: Jardín de carne, El hombre jaula y Los nacimientos de Jesús. Se destacan sus dos novelas: El Mundo Huérfano y Se va un hombre.

Trabaja actualmente como director de contenidos culturales de la FILBo (Feria Internacional del Libro de Bogotá).

Sobre el programa

“Esto ha sido una apuesta por entrar a los espacios de los estudiantes para que ellos se vean inmersos en la poesía y la narrativa. Hay una apuesta clara del rector, de acercar a los estudiantes al tema de escritura y lectura”, concluyó Deyana Acosta, directora del Centro Cultural Cayena.

Por Laura Hernández