Importancia de las máscaras de Carnaval en la conservación del patrimonio

Las máscaras en el Carnaval de Barranquilla son parte esencial del ajuar durante los cuatro días de festividad. Estos elementos artesanales han estado presentes por varios siglos y desde hace varias décadas se emprende una lucha para evitar su desaparición. Entre la pérdida de la herencia cultural y la mercantilización de esta fiesta se mueve el futuro de las máscaras.

Sobre este tema se discutió en el conversatorio “La protección del Carnaval de Barranquilla a través de la Propiedad Intelectual”. En el panel estuvo el sociólogo, Aser Vega; la abogada María Angela Camacho, docente de Uninorte y especialista en Derecho de Comercio; y Karen Cabrera, abogada y experta en protección intelectual.

Vega es magíster en Gestión Ambiental y Desarrollo Sostenible en la Creación de Artesanías, experiencia que le ha dado el criterio para hablar de la historia, crisis y propuestas de rescate a las máscaras del Carnaval.

“Estas máscaras son la expresión del mestizaje en esta región, allí yacen rasgos de la tradición europea, africana e indígena”, expresó el sociólogo. Por eso es tan importante su conservación.

Las máscaras tienen diversos orígenes que pueden ir desde animales importantes en la cultura indígena, hasta máscaras que hacen referencia o provienen de visiones religiosas.

“En los 70 Nina Friedman anunció el riesgo de desaparecer de las máscaras”, contó Vega, y además añadió que no es mucho lo que se ha hecho. El cambio de materiales utilizados, la llegada de nuevos ritmos al Carnaval, entre otras cosas, han afectado la labor de estos artistas.

Actualmente, municipios como Galapa basan gran parte de su economía en la elaboración de máscaras de Carnaval, no solo para la festividad sino como un souvenir que ya se ha hecho muy popular. Para Vega, es importante el apoyo que se brinda a esta comunidad porque han hecho un trabajo maravilloso durante años que no se puede perder.

No ve con buenos ojos que se esté perdiendo el uso de máscaras de madera y sean reemplazadas por máscaras de papel, aunque se alega que el cambio es por el peso, él siente que se pierde la tradición. “Recordemos que estas máscaras se elaboran con productos naturales, como parte del homenaje al animal que hace referencia”, expresó Vega.

En 2013 se aprobó la creación de una marca registrada que protegiera la propiedad intelectual de las máscaras, reglamentara las licencias de cocreación y apoyara la comercialización de las mismas. El proyecto tuvo un buen impacto en la comunidad de artesanos, aunque se espera que pueda hacerse más extensivo para vincular a más personas.

Conservar la tradición de las máscaras es salvaguardar el Carnaval de Barranquilla y, además, apoyar el desarrollo sostenible de varias comunidades.

Por Omar David Alvarez

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