¿Qué tal si te dijeran que te van a pagar, por ejemplo, el sueldo con una moneda que solo existe en el mundo digital, lo aceptarías?  

Desde conchas de mar, minerales preciosos y hasta la misma sal eran los medios de intercambio hace más de cuatro mil años, que luego fueron reemplazados por la moneda y más adelante, aproximadamente hace menos de 300 años, el billete empezó a tomar mucha más fuerza. Pero, aunque los medios hayan cambiado, siempre han compartido una característica en común: todos han sido tangibles, lo que genera mayor confianza porque como dice el dicho “dinero en mano, todo es llano”. 

Sin embargo, en 2008 la disruptiva aparición de la criptomoneda puso en la mira mundial la nueva forma de activo digital intangible que parece que no tuviera valor más allá del mundo virtual por su misma naturaleza que imposibilita tenerla en físico, en nuestras manos, pero que ahora está incluso en la mira de los inversionistas para incluirla en sus portafolios de inversión. Eso sí, “que no superen más de dos o tres criptomonedas y en particular las más comúnmente conocidas”, como explica Luis Fernando Mondragón, consultor empresarial y catedrático de la especialización en Finanzas de la Universidad del Norte, quien nos comparte un ABC sobre este reciente activo, porque para iniciar en el negocio de las criptomonedas se debe tener educación financiera, sobre todo en el manejo de mercados y no tomarlo a la ligera. 

1. No todo lo que brilla es criptomoneda 

Para Mondragón “es muy común que cuando vienen este tipo de modas aparezcan algunas firmas con altos niveles de mercadeo tratando de brindar muy altas rentabilidades”, al estas asegurar que tienen “la capacidad de duplicar, triplicar y cuadriplicar montos en menos de un mes a través del uso de criptomonedas. Pero que en último resultan siendo pirámides”.  

“Entonces, yo trato de abstenerme de aquellos sitios que generalmente a través de sus páginas web o de sus redes sociales pautan explicando con breves mensajes de menos de uno o dos minutos, queriendo atrapar incautos, dándole a entender que ellos están en la capacidad de ofrecer retornos de la inversión que a veces superan el 100% en menos de un mes”, advirtió el catedrático. 

Por lo que aconseja que lo mejor para una persona de a pie que apenas inicia en este activo digital es que “trate básicamente de buscar aquellos sitios web o exchanges (aquellos que permiten la operación de estas criptomonedas) que ya cuenten con trayectoria, reputación y que en gran medida estén en el top 2, top 3, de los más grandes en lo que respecta a volúmenes de negociación”. 

Dado que como él mismo dice “ya hemos visto varios casos desde hace cinco o siete años atrás, desde diferentes países, en los que infortunadamente estos exchanges han resultado siendo unos fraudes que en ultima estancia terminan llevándose cantidades significativas de dinero de quienes en primera instancia han confiado en estos sitios”. 

2. Lo barato sale caro 

Según el también consultor empresarial, “actualmente hay en promedio más de cuatro mil diferentes proyectos asociados con el tema de criptomonedas, de los cuales yo diría que en más de un 95% son aire o humo. Por ende, es muy fácil caer en el error de comprar una con un bajísimo nivel de precio, por debajo de un centavo de dólar, a la espera de una rentabilidad de un 15% o 30% en menos de una noche o en una semana, y es común que esto ocurra con unas volatilidades bastante altas. Lo que infortunadamente ha llevado a incautos a depositar dinero en estas criptomonedas”. 

Por lo que asegura que él “tendería a hacer que, del total del portafolio, las criptomonedas no superaran más del 1% al 2% del total del mismo y que en esencia se enfocaran de mediano a largo plazo, o sea con periodos en el horizonte de inversión que superen los dos a tres años y en particular en las top 3, top 4 de criptomonedas de mayor utilización en el ámbito local e internacional”. 

3. Invertir sin conocimiento no es un buen juego 

Finalmente, de acuerdo a Mondragón “las criptomonedas han venido paulatinamente ganando un espacio desde el punto de vista práctico para la persona de a pie. Probablemente hay uno que otro que quizá por diferentes motivos ha quedado cesante, no tiene un empleo en la actualidad y a veces se ha encontrado que de pronto a través de las criptomonedas puede encontrar una forma alternativa de generación de ingresos. Pero esto no es fácil, ya que el ambiente de negociación en el cual toman lugar las criptomonedas es altamente volátil. Salvo que uno sea un profesional en el medio, podría sacarle provecho”.  

Por lo que como explica, “ahí sí ya requiere un tema más asociado a educación financiera básica, en donde las personas de a pie, que apenas están ingresando en este medio, primero se atengan muy bien de lo que significan los aspectos básicos en el campo de la inversión, que básicamente están conformados por lo que llamamos rentabilidad y riesgo”. 

Y ese conocimiento clave es lo que brinda la especialización en Finanzas de la Universidad del Norte, en la que Mondragón es catedrático. 

Según el consultor empresarial el programa parte de temas base como “el entorno económico y el uso de la moneda como un importante medio de intercambio”, en los que se incluye “las características básicas que deben de tener para efectos de que sean de fácil aceptación”. 

“Una vez que se abarca lo que es la esencia detrás de un aspecto macroeconómico, se puede hablar con los diferentes activos que componen un portafolio tradicional, algunos de ellos dependiendo del perfil de riesgo del inversionista. Y también, un apartado en estos módulos de administración de portafolio que yo llamo ‘inversiones alternativas’, en la cual se ha de tener un conocimiento en primera instancia de lo que son los aspectos fundamentales detrás de cada uno de los activos. Luego por un muy buen análisis de lo que es el aspecto técnico, de cómo estos se comportan y poder evidenciar, y en cierta forma medir, los niveles de volatilidad.”, señala Mondragón. 

Para ahí sí poder detallar “las implicaciones que tiene invertir en criptomonedas y cómo podrían estos convertirse con un porcentaje bajo dependiendo del portafolio que idealmente en el presente no debería de exceder en 1% o 2% el total del portafolio. Pues tendría lógica como una inversión, lo que llamo yo alternativa, tener en el portafolio criptomonedas”. 

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